Fue la reina absoluta de la cerem onia. Pompa y boato cinematográfico para Helen Mirren, la gran actriz británica que conquistó sendos Globos de Oro como mejor actriz dramática por The Queen y como mejor intérprete femenina de una miniserie de televisión por Elizabeth I. La 64 edición de estos galardones otorgados por la prensa especializada extranjera en Hollywood bendijo a Babe, del mexicano Fernando González Iñárritu, como mejor película dramática; a Dreamgirls como mejor comedia o musical y a Martin Scorsese como mejor director por Infiltrados.
«Es genial estar rodeada de premios», admitió la que puede empezar a grabar su nombre en la estatuilla del Oscar ahora que casi todos los honores de la crítica llevan su nombre. Mirren fue la única persona que obtuvo más de una estatuilla en esta gala donde la favorita de la noche, la película Babe, estuvo a punto de marcharse con las manos vacías. Defendía siete candidaturas pero las vio pasar de largo hasta llegar al último premio. Ahí el realizador mexicano escuchó de los labios del gobernador de California y ex héroe de acción, Arnold Schwarzenegger, el título de su película.
Dreamgirls también se acercó un poco más al Oscar gracias a sus tres Globos de Oro como mejor comedia o musical y a los mejores actores de reparto, para Eddie Murphy y para Jennifer Hudson. La 'gran O' del Oscar fue omnipresente en una velada supuestamente conocida como su «antesala», aunque sus poderes de vaticinio han quedado un poco en entredicho los últimos años. Aun así, es más que seguro que todos aquellos que ayer consiguieron el Globo de Oro, incluido Forest Whitaker como mejor actor dramático por The Last King of Scotland, o Meryl Streep por El diablo viste de Prada como mejor actriz de comedia, verán sus nombres en esa otra lista de nominados que se conocerá la próxima semana.
Por primera vez la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood entregó este año el Globo de Oro en la categoría de mejor animación, que fue para Cars. Y su premio a la mejor película extranjera no vio nacionalidades y fue a parar al estadounidense Clint Eastwood por su trabajo en japonés en Letters from Iwo Jima. «Ahora tendré que aprender idiomas», bromeó el mítico actor.
Lo que mantuvo con vida la tediosa entrega de los galardones fue el buen humor por el que es conocida esta velada, con bromas desde el comienzo cuando George Clooney y Justin Timberlake se conchabaron para entregar todos los premios a Leonardo DiCaprio. Fue solo de boquilla porque el doble candidato, por Infiltrados y Blood Diamond, fue de los que se fueron con las manos vacías, entre quienes se encontraban Pedro Almodóvar y Penélope Cruz, que figuraban en algunas quinielas por su trabajo en Volver.
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