La exposición «Dins les murades», inaugurada ayer en el claustro del Ayuntamiento de Eivissa, ofrece una amplia y documentada visión de la vida en el medievo balear. Fotos: MARCO TORRES

JULIO HERRANZ

Hasta el próximo 25 de junio el claustro del Ayuntamiento de Eivissa acogerá la exposición «Dins les murades. Castells i Fortificaciones a les Illes Balears», organizada por la Fundació «la Caixa» e inaugurada ayer, víspera de la celebración de la fiesta Eivissa Medieval. Patrocinada por la Fundació «la Caixa», la muestra inicia en la isla un circuito itinerante que la llevará por todo el archipiélago.

El alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, agradeció a «la Caixa» que aportara a la fiesta medieval «el lujo de una exposición tan interesante y tan bien montada, como todas las que trae a la isla». Por su parte, el director territorial de la entidad en Balears, Robert Leporace, apuntó que el claustro, la fiesta y el marco de espacio declarado Patrimonio de la Humanidad, «eran en lugar idóneo para presentar una muestra de estas características». Recordando que en 2006 se cumplen 75 años de la presencia de «la Caixa» en Eivissa, islas en la que tiene actualmente 28 oficinas, Leporace destacó la intención de la entidad «en revertir» sus beneficios «en actividades sociales y culturales» de carácter múltiple.

El comisario, Antoni Mas, afirmó que se trata de una exposición «planteada con rigor histórico y voluntad didáctica en la que todas las islas de Balears están representadas». Una oportunidad, pues, para conocer más y mejor cómo era el medievo en el mundo ibérico en general y en el de Balears en particular. Una época que representa la expansión el feudalismo y la confrontación entre los reinos cristianos y al-Andalus, que trajo consigo la construcción de un gran número de castillos y fortificaciones, que dieron lugar a un tipo de vida que abarca momentos de peligro, de asedio y de guerra en la que sus habitantes tenían que sacar el mejor partido al armamento y los medios de que disponían.

Un tipo de vida que también comprendía momentos de paz en los que había tiempo para el juego y las diversiones, aspectos bien representados en la exposición a través de diferentes manifestaciones culturales (música, ocio y gastronomía) de las culturas que vivieron dentro de las fortificaciones y castillos en la Edad Media.