Una Escola de Vela para s'Estany des Peix de Formentera,
proyecto de final de carrera de Xavier Planas (1983), es la última
entrega de la serie de cuatro propuestas de interés social que este
periódico ha ido presentando en estos días navideños para
contribuir al debate sobre urbanismo. Como los otros tres, el
proyecto forma parte de la veintena de trabajos de fin de carrera
que presenta la exposición «Utopies i Arquitectura», actualmente
abierta en la sede del Col·legi d'Arquitectes (Can Llaneres, Dalt
Vila).
Xavier Planas, ex-presidente de la entidad, explicó a este
periódico por qué eligió este tema: «Siempre he sido aficionado a
la vela y creí que con él podía sentirme cómodo y divertido. Era
una intervención junto al mar, en s'Estany des Peix, donde
históricamente han habido escuelas de ski y de náutica por la
singularidad del estanque y la posibilidad que tiene en la práctica
de iniciación a este deporte».
Un trabajo que no presentó a ninguna instancia oficial. «No; los
proyectos fin de carrera son esa utopía que señala el título de la
exposición. Ese primer intento de hacer algo en un sitio tangible,
en el cual el arquitecto deja de estar en la Escuela haciendo
ejercicios e interviene de alguna forma en la realidad». Algo que
algunas escuelas facilitan más que otras. «La ventaja que tiene la
de Barcelona es que el alumno puede escoger el tema. Como la
mayoría de los estudiantes pitiusos van a ella, suelen elegir un
tema local porque así manifestas la preocupación por la
intervención en tu tierra», precisó Planas.
En cuanto a la actualidad y viabilidad del proyecto, el
arquitecto apuntó que «sería perfectamente viable y actualizable,
independientemente de lo que mande la legislación, porque el
proyecto tendría un encontronazo con la Ley de Costas». Pero a
favor de su propuesta hizo esta reflexión: «Ese tipo de escuelas de
vela que hay en algunas playas que son como concesiones actuales,
ojalá pudieran tener esas mínimas infraestructuras, que permitiera
desarrollar todas las necesidades que tiene este tipo de actividad
pero sin elementos demasiados contundentes, sino más bien temas
diáfanos, aplicando la fórmula mágica de Mies van der Rohe de que
lo más es menos», subrayó.
En cualquier caso, lo que sí ha cambiado bastante es la manera
de realizar los proyectos arquitectónicos, gracias a las nuevas
tecnologías. «Buff, mucho. El mío esta hecho con dibujo, rotring,
papel vegetal, perspectivas a mano... Hoy en día ya está todo esto
superado, pues el arquitecto trabaja con ordenadores. Aunque las
ideas previas siempre se hacen en papel. Esa libertad de tomar un
papel en blanco e intentar al menos manifestar gestos, eso costará
mucho de perderse», aseguró con nostalgia el arquitecto.
Por lo que hace a la valoración del proyecto de la Escola de
Vela de Xavier Planas por los comisarios de la muestra, Marc Tur
afirmó: «Es una necesidad que se está reclamando por parte de
Formentera, tanto por los ciudadanos como por el turismo. Es un
equipamiento que haría falta para desestacionalizar la oferta
turística. En el proyecto de Planas (uno de los más viejos de la
muestra, por cierto) destaca el emplazamiento y las proporciones
del edificio; respetando el puerto de la Savina a la vez que
dialoga perfectamente con la zona».
Por su parte, Marià Castelló, arquitecto como el otro comisario,
precisó: «Si bien es cierto que el concepto del proyecto de Xavier
Planas está bien, también es verdad que su lenguaje está algo
caduco para los tiempos que corren». Lenguaje de realización
técnica del proyecto, pues han pasado 22 años desde su realización,
como apuntaba más arriba el autor del trabajo. «Cuando preparábamos
la muestra, buscamos precisamente que hubiera un diálogo entre
proyectos hechos en momentos distintos, para distintas necesidades
y con distintos lenguajes», concluyó Marc Tur.
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