De haber vivido, Eduard Micus habría cumplido el pasado verano 80 años. Pero su vida se apagó súbitamente el 16 de noviembre de 2000 en su domicilio de Jesús. Sin embargo, el recuerdo en la isla del reconocido pintor alemán sigue vivo gracias a las exposiciones regulares que, con una cadencia de tres o cuatro anuales, la familia organiza en el Espacio Micus, un hermoso edificio diseñado y casi ejecutado por el propio artista con la intención de que acogiera su obra y fuera una Fundación que animará y potenciara la creación joven de Eivissa.

Una iniciativa que, aunque se retrasa acaso demasiado, continúa aún en marcha: «El proyecto que mi padre tenía de hacer una Fundación sigue adelante. Una abogada amiga está trabajando en él, aunque aún no sabemos cuándo estará listo y cómo será gestionado», explicó esta semana a este periódico su hija, Katja Micus, encargada de la organización de las exposiciones en el Espacio Micus.

En su opinión, «mientras vivió no pensaba mucho en hacer aquí exposiciones. Hizo alguna puntual, y un encuentro con poetas y músicos muy interesante. Poco más, porque no estaba muy enterado de la vida cultural de la isla», precisó Katja Micus, añadiendo que «a la familia nos parece que lo de hacer exposiciones en este espacio es una manera de mantener vivo su recuerdo en la isla».

Por lo que hace al abundante legado del artista, parece ser que está casi todo catalogado. «Ya falta muy poca obra por documentar. Cada cuadro, cada dibujo está ya registrado y fichado en el ordenador. Aunque pueden aparecer aún alguna cosa en el estudio de mi madre. Por ejemplo, dibujos metidos en los libros y cosas así», señaló la hija, recordando que «obras de mi padre hay en museos de Alemania. Aquí en la isla no lo sé, pero creo que el museo tiene algunas cosas». Al respecto, apuntar que en la exposición inaugurada el jueves con el legado en papel de Carl Van der Voort, hay un hermoso grupo de grabados de Eduard Micus, realizado (como la mayoría de los que recogen la interesante muestra) en el taller de Ibograf; una feliz y fértil iniciativa del galerista y gestor norteamericano y algo ibicenco.