La sala de exposiciones de Ebusus acogerá a partir de las 20,30 horas de mañana viernes la inauguración de una exposición de pinturas con obras de Daniel Peribáñez y Toni Montero, que estará abierta al público hasta el día 13. Será la primera vez que exponen juntos al alimón estos dos artistas, aunque ya lo habían hecho con anterioridad en alguna muestra colectiva presentada en sa Punta des Molí y en otros sitios.

Peribáñez explicó ayer a este periódico las razones de esta complicidad: «Porque somos amigos; hay puntos de encuentro en nuestras pinturas respectivas; somos complementarios en las propuestas, y nos potenciamos uno al otro en la creación». Más la primera y circunstancial: ambos se conocieron, como tantos otros y otras, siendo alumnos en la academia de Orlando Herrera. Dato que Montero matizó: «Ya hemos trascendido esa relación, aunque es una referencia, desde luego».

Para la ocasión, Daniel Peribáñez presenta unas doce obras (al igual que su compañero de muestra), que vienen a resumir las líneas creativas de este polifacético creador argentino. «Son de los tres caminos en los que estoy trabajando en los últimos tiempos. El tema del paisaje, con el almendro como motivo central en muchas obras, y otros temas relacionados con la isla que están en el entorno en el que vivo. Como la sal. Motivos variados y complementarios que desarrollo en clave cubista, impresionista y hasta abstracta en algunos cuadros o en parte de ellos», explicó.

En cuanto a la nueva producción de Toni Montero, la parte más novedosa son una serie de trabajos en los que aplica la técnica del cubismo a su línea tradicional sobre temas ibicencos. «Normalmente hago obras más costumbristas, dentro de la línea que inició Puget. Pero el año pasado presenté en sa Punta des Molí dos cuadros pasados por el tamiz cubista. Gustaron mucho, y en esta ocasión he insistido por ahí; aunque también llevo alguno de la otra línea, para que se note la transición». El «detonante» que empujó a Montero a bucear en el cubismo ha sido la gran antológica que el Reina Sofía dedicó recientemente al maestro Juan Gris. «No conocía su obra; me ha descubierto muchas posibilidades. Vine muy ilusionado y quiero insistir también por ahí», apuntó.