El escritor Pedro Zarraluki, ganador del LXI Premio Nadal de novela con «Un encargo difícil» , aseguró ayer que la obtención del galardón decano de las letras españolas es una «culminación» de carrera y «todo un honor». Zarraluki (Barcelona, 1954) explicó que cuando empezó a escribir hace 30 años el Premio Nadal era «referencial» y que ahora «sigue siéndolo».

La novela de Zarraluki se sitúa en la posguerra española en la isla de Cabrera, donde una tabernera y la mujer de un republicano fusilado viven, y a la que llega un pistolero para matar a un agente doble nazi. El escritor aseguró que quiso situar la obra en esta época, «de privaciones» y «ambiente opresivo», para dar la sensación de que «cuando todo se hunde florece la integridad de ciertas personas que hacen que el mundo se mueva».

Pedro Zarraluki reconoció a Europa Press que existe «cierta moda» en situar las novelas en la posguerra («un tiempo literariamente muy rico») y que, en su caso, se ha documentado «hablando» con su padre. En este sentido, el autor aseguró que «parte de la normalización de la guerra civil» española es que la «literatura la haga suya», sin caer en el «maniqueísmo» porque las «víctimas son de los dos bandos».

Zarraluki, autor también de libros de cuentos, parafraseó a Susan Sontag al decir que las novelas han de «nutrir las conciencias» y explicó que a partir de ahora tiene la voluntad que «lo que quiera decir lo diga la historia» de sus libros. También es autor de «La noche del tramoyista», una novela cuya acción transcurre en Eivissa.