A partir de las 20'30 horas, Antonio Villanueva levantará el telón de un singular proyecto creativo que ha puesto en marcha en Eivissa (carretera de Santa Eulària; en un viejo local de fabricación de muebles de junco y mimbre) bajo el nombre de La Nave: «Son unos antiguos frigoríficos que tienen seis naves y en el que he creado un espacio multicultural donde quiero que ocurran muchas cosas», explicó ayer a este periódico el polifacético artista toledano residente en Eivissa desde hace años.

El programa que Villanueva ha preparado para la presentación de La Nave abarca varias disciplinas. «En una de las salas proyectaremos un documental titulado 'Los trabajos y las noches'; en la segunda una obra de teatro del grupo One Moment; en la tercera un espacio dedicado a la posidonia; en otras dos salas habrán pinturas y esculturas mías, y en la última nave he invitado a unos chicos que hacen graffitti, y montaremos una fiesta con música y djs. Es decir, una muestra de lo que puede dar de si el sitio».

La elección del nombre fue de una manera casi natural. «Todo el mundo decía la nave de Antonio y al final me ha parecido que el nombre le venía muy bien, porque una de las acepciones que da el diccionario (aparte de los temas acuáticos) es la de: espacio grande donde se crean y fabrican cosas; o sea, que le va que ni pintado».

Consciente de la complejidad de la iniciativa, el inquieto artista no se arredra: «Es un proyecto que va a tener muchos problemas, por supuesto, pero es algo que tenía muchas ganas de hacer y lo he hecho. ¿El futuro que tendrá? Dios dirá; lo que importa de momento es que arranque, y con muchas ganas de que sea un centro vivo para el arte de la isla», concluyó.