Manuel Bouzo, ayer preparando la muestra sobre India que inaugura hoy en la Van der Voort. Fotos: K. TABERNER

La galería Van der Voort acogerá a las 20,00 horas la inauguración de una exposición individual de Manuel Bouzo titulada «Prasad» (tradicional ofrenda de comida a los dioses), con obras realizadas a partir de una estancia de siete meses en India, gracias a una beca de creación de la Fundación Marcelino Botín. Tanto desde el punto de vista creativo como personal, la experiencia ha sido rica e intensa. «Me gustaría que la huella quedase en mi obra, pero nunca se sabe lo que puede durar esta impronta. Igual dentro de un año pienso que fue una historia que me pasó y ya está», resumió ayer el artista a este periódico.

No es la primera vez que Bouzo viaja a India, aunque por la duración y el proyecto ésta ha sido una estancia muy especial. «Nunca había estado tan involucrado como en esta ocasión, desde luego; y estando allí había días en los que pensaba que era una putada que se me abriera una puerta tan interesante ahora, cuando ya es más bien tarde para mi tiempo vital», lamentó el artista gallego, que vivió en Eivissa durante años, aunque haga ya unos cuantos que fijó su residencia en Madrid.

El proceso y la evolución mental de Bouzo durante su experiencia hindú pasó por varias fases: «Al principio me sentía como inmerso en una especie de caos; no sabía si estaba aprendiendo mucho o me estaba metiendo en un buen potaje. Ahora que ya he empezado a ser más consciente de la historia, no sé por dónde me saldrá. Me gustaría jugar con todos estos elementos, que no son tan ajenos al mundo simbólico que he presentado en mi obra, pero sus símbolos y conceptos son mucho más complejos y elaborados que los de la tradición en la que yo me he movido», reconoció.