La actriz y directora de teatro Nuria Gallardo, responsable de «La ley de la selva». Foto: GERMÁN G. LAMA

«Dirigir enriquece muchísimo mi trabajo de actriz, porque te abre el campo una barbaridad. Cuando te pones al otro lado (bajando el escalón, como yo digo), entiendes mejor la desesperación de los directores cuando los actores no están dando, o cuando son vagos, tienen poca imaginación, tienes tú que tirar de ellos...». Con estas palabras expresó ayer Nuria Gallardo a Ultima Hora Ibiza y Formentera la satisfacción que para una actriz de su peso y trayectoria significa la dirección. El resultado lo pueden comprobar los aficionados ibicencos este fin de semana en el centro cultural de Can Ventosa, donde se presenta (sábado 22, a las 21,30 horas, y domingo 23, a las 19,30) «La ley de la selva», de Elvira Lindo; una producción de la compañía ibicenca Fila Zero con Neus Torres y Antonio Cantos como únicos protagonistas de esta divertida comedia sobre una ama de casa que aspira a ser más libre y feliz.

Este es el quinto trabajo que dirige Nuria Gallardo y ha sido producto de la casualidad. «Un amigo mío, Jesús, que trabajó con Antonio en 'El beso de la mujer araña', y que también es autor de una de las obras que he dirigido, ha sido el contacto. Me llamaron, me gustó la obra, quedé con Antonio y Neus a ver si encajábamos bien, y ha salido todo estupendamente», afirmó satisfecha. «He trabajado con ellos fantásticamente bien; son dos profesionales como la copa de un pino, algo que se agradece muchísimo. Además, son muy disciplinados y trabajan con mucho respeto. Ha sido un trabajo de mucho esfuerzo, porque la magia del teatro es muy bonita pero lo que cuenta es el trabajo duro. La inspiración sólo llega cuando tú tienes un trabajo muy bien hecho», precisó.

El estreno de «La ley de la selva» tuvo lugar el pasado día 9 en el auditorio de Cas Serres, dentro del I Festival de Teatre d'Eivissa i Formentera organizado por el Consell Insular. «El ambiente de trabajo ha sido estupendo, y eso que en el mes y medio que estuvimos preparando la obra no había un horario estricto para parar, como suele suceder, lo que es muy gratificante para un director, porque a lo mejor en el momento más creativo te toca parar y te da mucha rabia. El hecho de que Antonio tenga sala propia ha permitido que el desarrollo de los ensayos haya podido ser más amplio».

Un esfuerzo cuyo fruto no se limita a los escenarios ibicencos. «Aparte de recorrer toda España, la obra la vamos a llevar también a Madrid, pero allí queremos encontrar uno de los teatro bonitos, tipo Infanta Isabel, Lara, Príncipe, Marquina... Me gustan particularmente las bomboneras», aseguró Nuria Gallardo con la amplia sonrisa que luce en estos días de sol y deber cumplido.