Abside de la Catedral, con las vidrieras al fondo de la imagen.

En aproximadamente dos meses, las vidrieras del ábside de la Catedral de Eivissa volverán a lucir su aspecto original, una vez finalizada la restauración que una empresa especializada está llevando a cabo desde hace unos días. El presupuesto del proyecto, asumido por la Conselleria de Patrimoni del Consell Insular, asciende a 24.862 euros, y en él no se incluye la colocación de los bastidores, la substitución de los herrajes viejos por otros nuevos, la restauración de las columnas anexas y la colocación de las vidrieras una vez restauradas, que correrán a cargo del Obispado de la diócesis de las Pitiüses.

Las tres vidrieras fueron realizadas a principios de los ochenta en un taller de Cataluña y llevan por nombre «Consoll dels afligits», «Salut dels malats» y «Auxili dels cristians». Se llevaron a cabo como consecuencia de la serie de obras que se realizaron en la Catedral ibicenca a partir de 1975 para recuperar el aspecto gótico original del ábside, transformado a partir de las grandes reformas que se hicieron en el principal templo pitiuso a lo largo del siglo XVIII.

El deterioro de las tres vidrieras artísticas ha estado ocasionado por la ruptura de las piezas de vidrio y la pérdida de materia y composición; hechos que -entre otros motivos- «cabe atribuirlo al efecto de los fenómenos atmosféricos y a los efectos del paso del tiempo sobre piezas tan delicadas», según apuntó ayer el conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur. «La Conselleria ha asumido y financiado la restauración porque su estado actual es un factor de incidencia negativa sobre este importante Bien de Interés Cultural, que es uno de los monumentos más importante de las Pitiüses», añadió.

El proyecto de la restauración de las vidrieras artísticas de la Catedral se ha iniciado con el desmontaje de las mismas de su soporte actual, al que volverán una vez restauradas dentro de dos meses, aproximadamente. Una restauración que comprende, además de este primer paso, la realización de una primera limpieza a fondo de las tres obras; preparar los vidrios nuevos que substituyan a los rotos; pintar los nuevos vidrios (que serán idénticos o muy parecidos a los originales de Fischer, Lambert y Catedral) y cocerlos al horno; desmontar las vidrieras emplomadas y reemplazar los vidrios partidos por otros nuevos; volver a emplomar todo el conjunto; colocar los plomos que cierren los nuevos, más gruesos que los actuales; enmasillar las vidrieras por las dos caras; cerrar los plomos y limpiarlos.