Los responsables del proyecto presentaron ayer con la consellera de Cultura (centro) «El círculo vicioso», la primera ópera ibicenca. Foto: KIKE TABERNER

El auditorio de Cas Serres acogerá a las 20,30 horas de mañana sábado y a la misma hora del domingo 25 el estreno de «El círculo vicioso», la primera ópera hecha en Eivissa. Adolfo Villalonga es el autor de la música y responsable de la dirección musical; Julio Herranz, del libreto; Daniel Giannini, de la dirección escénica y la escenografía; Rubén Perlotti, del vestuario, y Eva Redondo (con Marco Antonio Torres), de la danza. El argumento de esta ópera de cámara, que se presenta en el marco del Festival de Teatre de la Conselleria de Cultura, gira en torno a un debate televisivo en torno al sida, con un tratamiento en el que se funden la reflexión, el humor y la crítica. La entrada es gratis.

La consellera de Cultura, Carolina Torres, acompañada por los principales responsables del proyecto, afirmó ayer en la presentación de «El círculo vicioso», que «hay muchas expectativas y mucha ilusión por el estreno de un trabajo en el que se ha puesto tanto talento, imaginación y esfuerzo». Por su parte, Villalonga explicó que «la génesis fue el encargo que me hicieron para mi tesina como compositor. Tenía que elegir entre una ópera y una sinfonía, y me pareció que era más interesante la ópera porque es un arte que engloba varias disciplinas artísticas». En cuanto al estilo de música elegido, apuntó que «está entre el simbolismo y el surrealismo; se corresponde con la del periodo de entreguerra, pero no es música serial, sino más fácil de escuchar. Tiene influencias dl jazz, del cine y de la música clásica, claro. Metí todo en una coctelera y salió ésto».

El autor del libreto coincidió con el responsable de la música en afirmar que el estreno de este trabajo común era «quitarnos por fin una espinita que teníamos clavada». Y es que «El círculo vicioso» se escribió hace unos siete años. Hubieron dos intentos fallidos de estreno, uno en Barcelona y otro en Eivissa.

En cuanto a la escenografía y el vestuario, Giannini explicó que había dado muchas vueltas al texto, («muy rico en posibilidades», apuntó) y que al final había optado por una estética bauhaus. «El vestuario ha sido fundamental para acabar de encajar todos los elementos», precisó.

Los intérpretes de «El circulo vicioso» son Montserrat Solà (soprano), Titón Frauca (mezzo-soprano), César Puente (barítono), Jordi Blancafort (barítono), Aniol Botines (tenor) y Esteve Gascón (barítono). Los músicos: Elvira Ramon (piano), Lourdes Roig (contrabajo), Damián Boluda (trompa), Raúl Gálvez (trompeta), Venancio Rius (clarinete), y Francisco J. Cogollos (percusión). Adolfo Villalonga en la dirección musical, y Eva Redondo (con Marco Antonio Torres), en la coreografía y baile, cierran los créditos.

La clave central de «El círculo vicioso» es poner ante el espectador un espejo (el debate televisivo se llama precisamente «El espejo») para que la sociedad, con el pretexto del sida, se vea reflejada en sus virtudes y sus vicios. Así, lo que cantan los protagonistas frente a la pantalla no se corresponde con lo que verdaderamente piensan; ésto último lo dicen bajo un foco central a modo de detector de mentiras. El contraste, la doble moral, la hipocresía y los intereses creados juegan un papel de catalizador entre luces y sombras que da lugar a situaciones más bien cómicas y cínicas.

Una ópera de cámara para el siglo XXI en la que están representados de forma arquetípica un completo abanico de sectores fundamentales de la sociedad.