Nadie puede negar que una de las pasiones del fotógrafo
norteamericano Tony Keeler se sitúa justo en la isla de Eivissa. A
lo largo de su vida ha ido recopilando la memoria de unos años en
los que la explotación urbanística era aún una imagen lejana y el
conjunto de esas vivencias fotográficas han quedado fielmente
recopiladas en dos libros: «Ibiza, a dream» e «Ibiza-Island
images». Precisamente, este segundo volumen será presentado mañana
a las 20,00 horas en Sitges, en la biblioteca Santiago Rusiñol, un
acontecimiento que irá acompañado de la inauguración de la
exposición «Hippies» que permanecerá abierta al público durante un
mes.
Tanto en «Ibiza, a dream», publicado a finales de la década de
los setenta, como en «Ibiza-Island images» (editado por el grupo
Editorial Escudo de Oro y Balàfia Postals), Tony Keeler muestra una
época que el vivió directamente. Sus desnudos femeninos, así como
la Eivissa rural, con sus paisajes y figuras envueltas en escenas
costumbristas, forman parte de la memoria visual de las Pitiüses.
Pero Keeler no estuvo solo en aquellas experiencias «mágicas» tal y
como él mismo las define. Junto a él estaba su esposa y el pintor
inglés David Walsh, autor, junto al propio fotógrafo, de los textos
que acompañan ambas ediciones.
Las imágenes suenan lejanas, aunque Keeler asegura que esas
estampas aún están presentes en la isla, particularmente en el
norte y en algunos puntos que son convenientemente señalados en un
mapa incluido en el libro. Ahora, Keeler lleva sus vivencias a
Sitges, ciudad en la que reside desde que abandonó Eivissa a
finales de los setenta y dónde no ha olvidado su sueño de dedicar
un nuevo libro a las iglesias rurales y la arquitectura tradicional
isleña.
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