La iglesia de Sant Jordi acogió ayer la presentación de las dos obras ganadoras ex-aequo del Premi d'Investigació Vuit d'Agost 2001. «El llibre de mostassaf d'Eivissa. La vila d'Eivissa a la baixa edat mitjana», de Antoni Ferrer Abárzuza, tuvo como padrino a Carles Bonet Revés, diputado del Parlament de Catalunya y senador, mientras que la madrina de «Música i músics a l'Eivissa dels segles XVI, XVII i XVIII», de Francesc Torres Peters, lo fue Anna Colomar, responsable del Arxiu Històric Municipal d'Eivissa.

Carles Bonet explicó que gracias al trabajo de Abárzuza, «he conocido primero la isla medieval que la actual, pues es la primera vez que vengo a Eivissa». «Al leerlo te sitúas en la época, mostrándote cómo la sociedad ibicenca estaba estructurada y organizada en un caos armónico; con gente encargada de que se cumpliese el orden y que los alimentos fuesen sanos y sin fraudes, que es lo que controlaba el mostassaf». El senador añadió que esta institución «procede del mostassif andalusí, una figura muy útil socialmente y que siguió vigente en tiempos de la Corona aragonesa cristiana ».

A su juicio «es importante hacer trabajos así, para que la gente sepa que la Edad Media no era esa sociedad desestructurada que a veces creemos, sino al contrario», apuntó. «Por ejemplo, había más control sobre los alimentos que ahora. El mostassaf supervisaba la harina con la que se hacía el pan; si éste era del día o no; si los peces estaban podridos; si se lanzaban escombros y basuras a la calle...». «Saber tales cosas ayuda a que no nos creamos el rey del mambo y a comprender mejor que hace cinco siglos la gente no era idiota ».

En su elogió de una de las dos obras premiada por la Conselleria de Cultura, Bonet Revés llegó a afirmar ayer que «incluso con este libro se podría hacer una película; en el sentido de que cualquiera que quiera reproducir fielmente cómo era el ambiente de la Eivissa medieval ha de leer esta obra, porque toda la ciudad y las relaciones giraban en torno al mercado».