Alrededor de 150 obras, articuladas en torno a las tres plantas del Centre La Misericòrdia de Palma conforman la exposición «L'artista en el seu paradís», una muestra retrospectiva del mallorquín Toni Catany, Premio Nacional de Fotografía. «Como una autobiografía, un diario vivo, escrito a través de retazos de existencia, por medio de sensaciones y vivencias más o menos íntimas», calificó el artista su trabajo en la presentación de la muestra, inaugurada el jueves.

Pierre Borham, uno de los comisarios de la muestra, afirmó que «Catany no es un fotógrafo banal ni ordinario, vive la fotografía de tal manera que, a veces, se pasa meses sin hacer nada porque no hay nada que expresar». Opinión que completó el artista así: «Cuando trabajo no pienso en la futura exposición, pienso en mí mismo». El resultado son «imágenes que se encuentran en el interior de cada persona», apuntó.

La retrospectiva de Catany, que se presentó a finales de 2000 en el Museu Nacional d'Art de Catalunya se compone de los diferentes paraísos que el artista ha ido perdido a lo largo de su vida; uno de ellos su propia isla. Un primer pasado recibe el nombre de «Altars profans», las naturalezas muertas del artista, que representan una de las obsesiones del artista, «el paso del tiempo». El recorrido por su obra es, a su vez, un paseo por las técnicas que Catany ha experimento, como los calotipos, las polaroids transportadas o los juegos con el bromuro. El diario íntimo se completa con el recorrido por rostros, países y cuerpos que han impresionado la retina de fotógrafo en su periplo por el ancho mundo. «Su fotografía es un reflejo de su vida», resumió el comisario Pierre Borhan.