El auditorio del Kursaal acogió el lunes noche la ceremonia especial de entrega del Premio Donostia al recientemente fallecido Paco Rabal. El director Carlos Saura, que dirigió al actor en «Goya en Burdeos», fue el encargado de entregar el galardón al nieto del homenajeado, el también intérprete Liberto Rabal, que aprovechó la ocasión para despedirse de su abuelo y leyó el discurso que éste había preparado para la ocasión, donde las gracias por «un premio preciado y rotundo».

«Aprovecho para despedirme de mi abuelo desde un escenario, como a él le hubiera gustado», dijo Liberto Rabal, quien reconoció que no podía seguir sus pasos «de gigante certero». El hijo de Benito Rabal también hizo referencia en varias ocasiones a los ojos del actor galardonado, que para él «constituían una religión».

Durante la ceremonia se recordaron todos los filmes con los que el desaparecido intérprete estuvo presente en el certamen donostiarra. Julita Martínez, Carmen Sevilla, Ana Belén, Terele Pávez, Emma Suárez y María Barranco, compañeras de reparto del homenajeado en algunas de sus películas, tuvieron unas palabras de recuerdo para él. Una de las intervenciones más emotivas fue la de Carmen Sevilla, quien se refirió a Rabal como un hombre «entrañable, tierno y maravilloso». «Te echo de menos, no te podré olvidar nunca», concluyó Sevilla, quien recordó con cariño los pellizcos «que me daba en el culo cuando trabajábamos juntos», su compañero de varias películas.