La historia y el funcionamiento de los molinos harineros en Eivissa
y Formentera fue el tema escogido por Cristina Palau, historiadora
y directora del Museu Etnogràfic de Formentera, para ofrecer la
tercera conferencia de la III edición del Curs de Cultura Popular
de les Illes Pitiüses que se celebra estos días en la Sala de
Cultura de «Sa Nostra» de Eivissa.
Palau recorrió la historia de los molinos y definió los diversos
tipos existentes, así como su evolución histórica desde su
invención. Por otra parte, la conferenciante se centró, apoyada por
diapositivas y transparencias, en los molinos de Eivissa y
Formentera, diferenciándolos de los existentes en Mallorca y
Menorca. Palau se refirió a que en aquellas dos islas, los molinos
tenían la vivienda de los propietarios en la base, un hecho que
sólo encontramos en el molino d'en Simó en Eivissa y en el de sa
Sal de Formentera.
La directora del Museu Etnogràfic formenterés aseguró que le
maravillaba la simplicidad y, a la vez, la complejidad del
funcionamiento de un molino. «Todo debe estar perfectamente
sincronizado para que funcione cómo es debido», remarcó.
Palau explicó que la mayoría de los molinos pitiusos dejaron de
moler en las décadas de los años veinte y treinta, aunque destacó
varios ejemplos en los que no fue así. Se trata del molino Vell de
la Mola, que permaneció activo hasta 1964; d'en Félix, hasta 1940,
y los dos de sa Mirada, también en Formentera, que funcionaron
hasta 1958. Igualmente, Palau recordó los tiempos de la guerra,
cuando los molineros se saltaban como podían la orden de precinto
de los molinos para trabajar.
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