Imagen de una de las conferencias de la última edición del Curs de Cultura Popular de les Illes Pitiüses.

«Les relacions entre els pagesos i els vilers al llarg de la història», conferencia a cargo de la catedrática de Geografia e Historia Rosa Vallès, es una de las propuestas sugerentes del III Curs de Cultura Popular de les Illes Pitiüses, que comienza mañana en la Sala de Cultura de «Sa Nostra». Según Joan-Albert Ribas, asesor lingüístico del Consell y coordinador de la iniciativa, «los cursos están dirigidos a gente que, en general, no es usuaria de las salas de cultura». «Como característica notable hay que decir que los asistentes a las conferencias recibirán en su casa dentro de unos meses una publicación con los textos de las ponencias y algunas de las imágenes que se verán, con el mismo diseño que tiene el programa, en el que figura un molí fariner de Formentera visto desde el aire», añadió.

Vicent Marí Serra, Palermet, investigador y autor de varios trabajos sobre el mundo rural pitiuso, como «La vida al camp i la mar» (1996), será quien a las ocho de la tarde de mañana lunes iniciará el curso con el tema «Les eines de pagès i el seu ús al llarg de l'any». La segunda sesión (el martes, a la misma hora) correrá a cargo de Joan Marí Murenu, miembro del grupo UC y estudioso de la cultural musical de las Pitïüses, quien hablará sobre «Les Pitiüses. La música en el temps». Cristina Palau Bonet, historiadora y directora del Museu Etnogràfic de Formentera, será la invitada del miércoles con «Molins fariners de les Pitiüses. Història i funcionament».

El asunto a tratar el jueves por el pintor Antoni Prats Calbet, autor del libro «La pesca d'abans a les Pitiüses» (1997), será «Arts de pesca tradicionals a Eivissa i Formentera». La clausura correrá a cargo, el viernes, de Rosa Vallès con la conferencia mencionada. «Será una charla con notable documentación histórica sobre un asunto interesante, porque las relaciones a lo largo de la historia entre pagesos y vilers siempre han sido tormentosas. Incluso en un par de veces los primeros llegaron a rebelarse contra los segundos en las puertas de Dalt Vila. Una respuesta comprensible si tiene en cuenta que los payeses temían bajar a Vila, porque siempre era para pagar impuestos, regalarle algo al señor por las cosechas o para ir al médico», concluyó Ribas.