El cineasta Juan Mariné recibe hoy el II Premio Segundo de Chomón
que le ha concedido la Academia de las Artes y las Ciencias
Cinematográficas de España en reconocimiento a su trabajo por la
innovación tecnológica en beneficio de la cinematografía. El acto
de entrega del galardón tuvo lugar ayer en la Fiesta de los
Nominados de la XV edición de los Premios Goya que se celebra en
Madrid.
Mariné nació en Barcelona en 1920. Su inmersión en el mundo del
cine se remonta a 1936 como ayudante de cámara del operador suizo
Adrien Prochet. Cuando estalló la Guerra Civil trabajaba en Laya
Films, productora de noticiarios y documentales para la Generalitat
de Cataluña y, tras finalizar el conflicto, se incorporó como
segundo operador a la precaria industria cinematográfica de
postguerra.
De la mano de los operadores Alfredo Fraile y Manuel Berenguer
comenzó sus primeros pasos profesionales, siendo éstos sus primeros
maestros. Intervino por primera vez como director de fotografía en
uno de los episodios de «Cuatro mujeres» (Antonio del Amo, 19347)
y, seguidamente, ya con total responsabilidad, en «La sombra
iluminada», de Carlos Serrano del Osma, 1948. Su versatilidad y
rapidez en el trabajo y la flexibilidad para adaptarse a los más
exigentes condicionamientos le convitieron en colaborador
indispensable de directores como Antonio del Amo, José María
Forqué, Manuel Mur Oti, Pedro Lazaga o Pedro Masó, con quién
colaboró en un total de 36 títulos producidos por éste último.
Entre sus logros profesionales cabe destacar especialmente los
convincentes efectos de amanecer que consiguió en «El santuario no
se rinde», de Arturo Ruíz Castillo (1949), al utilizar la luz
rebotada. Se anticipó al uso de la cámara de mano en «Día tras
día», de Antoino del Amo (1951), y fue el primero que utilizó en
España el Eastmancolor y el Cinemascope en «La gata», de Margarita
Alexandre y Rafael Torrecillas (1955).
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