O. R. Ha tenido otros premios, muchos, pero ninguno le ha llegado tanto al corazón como el Goya que ha decidido concederle por unanimidad la Junta Directiva de la Academia del Cine. «Son mis compañeros quienes me lo conceden», explica Antonio Isasi, el director de películas como «Estambul 65» o «Las Vegas 500 millones», cintas de acción que se rodaron cuando en nuestro país triunfaba el «landismo».

El premio le cogió por sorpresa hace 15 días en su residencia "«mi retiro»" de Eivissa, donde vive desde hace años: «Hace mucho tiempo que no me dedico a rodar, me halaga que se acuerden de mí», explica el cineasta madrileño, quien ha invertido cinco décadas de su vida en el mundo del celuloide, desde que comenzó vendiendo bombones en una sala de proyección catalana. Las cosas no le fueron nada mal, puesto que cuando cumplió 30 años estrenaba sus películas en 40 cines de Estados Unidos.

Isasi cree que el cine que hacen los jóvenes realizadores españoles se acerca más a su idea de lo que debe ser una película. Estos han descubierto su filmografía y ahora le recuerdan y homenajean. «Se quedan sorprendidos cuando ven que en aquella época se hacía este tipo de cine, además casi sin medios», explica.

Sobre el panorama actual del cine español, Isasi opina que estamos en una «etapa estupenda, con gente muy preparada»: «Hay que agradecerles a gente como Amenábar, de quien yo me siento cerca, el que hayan devuelto el público a las salas», explica. Isasi vive «totalmente retirado de la dirección», aunque ocupa parte de su tiempo «en actividades paralelas». «Ya me he ganado el retiro y yo no quiero ser pesado: es hora de que llegue gente joven». Parte de esta nueva savia viene, eso sí, de su familia, puesto que sus tres hijos se dedican, de una manera u otra, al mundo del celuloide.