La chica se sentará en los próximos días en el banquillo de los acusados en una sala de lo Penal de Vía Alemania. Además de la pena de cárcel también se enfrenta al pago de 1.500 euros en concepto de responsabilidad civil a la víctima.
Los hechos que llegan ahora a juicio se remontan al 21 de noviembre de 2022. La acusada se encontraba en casa con su padre y se apoderó de su teléfono móvil. Con él abrió la aplicación web de WhatsApp y así tuvo acceso a la lectura de todas las conversaciones que tenía su progenitor con otras personas. Una le llamó poderosamente la atención. La que mantenía con una mujer. En la misma quedaba a las claras que ambos llevaban una relación en secreto, pero en el caso de la fémina era extramatrimonial. Todo se conocían, ya que acudían con cierta regularidad a una iglesia evangélica de la capital balear.
La procesada, una vez leída la conversación, procedió sobre las 18.00 horas de ese mismo día en un grupo de WhatsApp de la iglesia, en el que había 20 personas, a compartir el contenido que poco antes había conocido, es decir, la conversación de carácter íntimo entre su padre y la perjudicada. Asimismo, relata la Fiscalía, escribió en el mismo grupo: «Hermanos, soy la hija de Gonzalo (nombre ficticio). Mensajes de entre la hermana Catalina (nombre ficticio) y mi papá. Para que no se burlen del evangelio. Y respeten el altar. Tomando santa cena. Pido oración por mi familia».
La mujer denunció los hechos ante la Policía Nacional y en un primer momento, tal y como informó en exclusiva Ultima Hora, el pastor evangelista fue imputado por estos mismos hechos. Se la acusaba de permitir difundir el mensaje enviado por la procesada. Finalmente su caso quedó archivado y será la joven la única que se siente en el banquillo de los acusados para responder como autora de un delito de descubrimiento y revelación de secretos.
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Estás iglesias evangélicas donde en cada una el gurú de turno dice y hace hacer lo que le viene en gana sobre sus adeptos son un peligro para el progreso de nuestra sociedad. Mucho más pernicioso que lo que estábamos acostumbrados con la romana, católica y apostólica.., en países como Brasil son una auténtica lacra.