Costa y Sagreras, el martes a su llegada al Parlament. | Pere Bota

Seguirá hablándose de la situación de Antoni Costa en el pleno de la semana próxima del Parlament y también en otras instituciones. Ni al PSIB, ni a Més ni a Unidas Podemos les convencen las explicaciones que ha dado el vicepresidente, portavoz y conseller d'Economia sobre el nombramiento y posterior destitución de Juan Antonio Serra, pendiente de un juicio por agresión sexual a una mujer y resistencia y ataque a un policía. Tanto Marc Pons (PSIB),  Marta Carrió (Més per Mallorca) y Cristina Gómez (UP, Grupo Mixto) le pidieron ayer que dimitiera y criticaron a la presidenta Prohens, sobre todo que dijera que había pedido perdón cuando no lo hizo. Admitió el error, pero luego cargó contra quienes pidieron explicaciones.

Para Pons y Carrió, la presidenta Prohens no tiene otra salida que forzar su cese o «será responsable» y «perderá su credibilidad». Gómez planteó una comparecencia de Costa ante una comisión parlamentaria por si había incumplido el código ético, pero no tuvo el apoyo del resto de grupos. Lo que sí habrá será más preguntas, interpelaciones y mociones. El PSIB quiere un pronunciamiento claro de Catalina Cirer (consellera de Famílies, de quien depende del Institut de la Dona) al respecto. El IBD no será beligerante, al menos en el sentido que desearía la oposición.

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Para Marc Pons, el fichaje de Serra es solo «uno de los incendios» de Costa. Indicó que el diputado de Formentera, Llorenç Córdoba, le critica por no pactar los Presupuestos y que «se están dejando perder fondos europeos y eso es muy grave». Mañana finaliza el plazo de presentación de enmiendas parciales.

Para la oposición, además, el episodio de Costa es el reflejo del Govern en otros nombramientos de segundo nivel «que no están capacitados». Así el gerente de la SFM o el director d'Emergèncias, según el PSIB.