El indicador se sitúa por debajo de los valores medios que se registraron con anterioridad a los años de la pandemia; en 2020 y 2021 la criminalidad se redujo a tasas de 51 y 52 delitos por cada 1.000 habitantes, mientras que en 2019 esta tasa se elevaba hasta los 67,6 delitos por cada 1.000 personas.
De enero a marzo se produjeron en el archipiélago 15.545 infracciones penales, y cuatro de cada diez casos fueron esclarecidos. Además, por cada 1.000 delitos se contabilizaron 248 personas detenidas e investigadas, una tasa que se mantiene en términos muy similares a los del año anterior.
Por tipología, los hurtos son el tipo de delito más numeroso en Baleares, con 3.673 casos en los tres primeros meses de 2023, seguidos de las estafas informáticas y otros delitos, que suman 2.451 casos de enero a marzo.
Así, la cibercriminalidad ha aumentado más de un 10 por ciento en este período, por encima de delitos tipificados como criminalidad convencional, que han crecido en conjunto un 6 por ciento.
Asimismo, la estadística ha reflejado un nuevo descenso de los homicidios dolosos, con un 61 por ciento menos, y del tráfico de drogas, que ha disminuido casi un 7 por ciento en el primer trimestre respecto al mismo período de 2022.
Por el contrario, se han incrementado un 25 por ciento las sustracciones en explotaciones agrícolas o ganaderas, y el resto de tipologías delictivas han registrado distintos grados de subida, en especial las sustracciones en vehículos y los delitos contra la libertad sexual.
En términos generales, el volumen de infracciones penales en el archipiélago se ha elevado un 10 por ciento en comparación con los tres primeros meses del año pasado.
En el conjunto de España, la tasa de criminalidad se ha situado en 49,8 delitos por cada 1.000 habitantes, siendo Baleares la que encabeza la lista de las comunidades con mayor incidencia, seguida de Catalunya, con 62,5, y Madrid, con 59,8.
En este sentido, el Ministerio del Interior ha destacado que Baleares ha liderado históricamente este indicador, ya que la tasa se calcula sobre la población censada, sin tener en cuenta la existencia de una gran población flotante debido a la condición de destino turístico.
Por islas, la tasa acumulada de los 12 últimos meses es de 65,7 hechos delictivos por cada mil habitantes en Mallorca; de 81,3 en Ibiza; de 43,2 en Menorca y de 56 en Formentera.
En concreto, en Palma la tasa de criminalidad es de 85,1 casos por cada mil habitantes y, en su conjunto, el número de infracciones ha crecido un 10,5 por ciento con respecto al primer trimestre del año pasado.
De entre los municipios de más de 20.000 habitantes, Marratxí, Llucmajor y Calvià han experimentado descensos de la criminalidad con respecto a los tres primeros meses de 2022, aunque en el resto, como Alcúdia, Ciutadella, Ibiza, Inca, Mahón, Manacor, Sant Antoni de Portmany, Sant Josep de sa Talaia y Santa Eulària des Riu, esta tasa ha aumentado.
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