Baleares se está haciendo cada vez más cara. Y no solo para los residentes, también para los turistas. Especialmente para aquellas nacionalidades cuyas economías han pasado por mayores turbulencias por culpa de la guerra y la inflación, como es el caso de Reino Unido. Con todo, no parece que el encarecimiento del destino vaya a suponer, al menos a priori, motivo suficiente para que renuncien a su sagrado descanso de sol y playa. «El británico sacrificará otras cosas: cancelará la suscripción de Netflix, dejará de comprar lotería o de salir a comer fuera, pero no renunciará a sus vacaciones».
El CEO de Jet2Holidays, Steve Heapy, ha presentado esta mañana en el Palma Aquarium las previsiones del grupo de cara a esta temporada, que incluyen un crecimiento del 14 % de sus operaciones en Baleares (después de un aumento del 21 % en 2022 con respecto a 2019) y del 15 % solo en Mallorca (subió ya un 16 % con respecto a 2019). Asimismo, los asientos se incrementarán en un 7 % en Mallorca y en un 9 % en el conjunto de Balears (661.000 llegadas en total). El plan de la compañía pasa por consolidar una operatividad que se extienda de febrero a noviembre e integre paquetes en Navidad.
El grupo ha crecido sensiblemente en los últimos años y aprovechó la pandemia, subraya Heapy, para salir reforzado. Su posición en Baleares también se ha fortalecido: trabaja con 557 hoteles y 327 villas. Su flota aérea, además, va a crecer significativamente en los próximos diez años, hasta el punto de que en 2030 duplicará a la actual.
En opinión de Heapy, la posibilidad de que los británicos lleguen a negar su favor a las Islas tendrá más que ver con los supuestos «mensajes antiturísticos» que emergen de su clase política. «Los políticos en España y Baleares van dejando caer que hay demasiado turismo. Bien, ten cuidado con lo que deseas: si sigues creando las condiciones inadecuadas y dando la impresión de que no quieres turistas, estos acabarán yéndose a otra parte», advierte Heapy para añadir que otros destinos como Turquía o Grecia «son mucho más baratos, están fuertes y tienen un valor fantástico que la gente es capaz de percibir».
Heapy confiesa no comulgar con el discurso sobre la limitación de visitantes o la búsqueda de un turismo de calidad, («sea lo que sea que signifique eso»), pero afirma que está dispuesto a sentarse con los responsables políticos para discutir sobre estos asuntos y tratar de acercar posturas. Antes de eso, no obstante, cree que los gobernantes locales deberían definir claramente sus posturas sobre el futuro del turismo. «Poco después de las próximas elecciones, los gobernantes electos deberían pronunciarse y dejar bien claro cuáles son sus intenciones en relación a la industria turística».
Por otro lado, el CEO de Jet2Holiday asegura que la mayor parte de las quejas que recibió el año pasado por parte de su clientela no tuvo que ver con la masificación, sino con la falta de personal suficiente en algunos hoteles. En ese sentido, admite sentirse «preocupado» por la experiencia de los clientes en algunos establecimientos afectados por falta de trabajadores suficientes. En lo tocante a la saturación turística, afirma que los turistas «están contentos de venir a Mallorca aunque haya mucha gente porque es una isla concurrida y para muchos eso forma parte de la experiencia, encontrar bares y restaurantes concurridos».
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