Joan Deià ha tomado el relevo familiar en la finca de Can Det en Sóller. | P. SERRA

El relevo generacional es fundamental para la subsistencia del sector primario y, para ello, la incorporación de jóvenes a la actividad agraria, ganadera o pesquera es uno de los principales hitos de las administraciones. Pese al pesimismo generalizado que reina en el sector los datos que aporta la Conselleria de Agricultura y Pesca dan cierta esperanza: En los últimos tres años 295 jóvenes se han incorporado a la actividad agraria en Balears.

Son el número de personas que en el periodo 2019-2021 han recibido una ayuda para la incorporación de jóvenes a la actividad agraria, la única vía actual para poder conocer las nuevas incorporaciones. Estas subvenciones, financiadas por Europa, el Estado y la Comunidad, sirven para iniciar los trabajos en las explotaciones con la condición que deben de continuar durante un periodo de cinco años. Por ello reciben un mínimo de 50.000 euros si se dedican a tiempo completo lo que «permite poder iniciar la actividad en una pequeña explotación», explica el gerente de Asaja, Joan Simonet.

Precisamente desde Asaja y Unión de Pagesos (UP) aseguran que estas son ayudas «esenciales» pero que debe tenerse en cuenta cuantos jóvenes se incorporan a tiempo completo –es decir que viven de la agricultura o la ganadería- y cuantas lo hacen solo a tiempo parcial, lo que significaría una actividad puntual. «Es muy importante conocer estos datos ya que lo que precisa el sector son payeses a tiempo completo, que puedan vivir del campo», recalca el secretario general de UP, Sebastià Ordines. Desde la Conselleria de Agricultura señalan que en el último año, de las 103 incorporaciones de jóvenes payeses dos tercios han sido a tiempo completo.

Continuidad

Un ejemplo de esta dedicación completa es Joan Deià, un joven de Sóller que hace un año y medio cotiza como joven agricultor. Deià es un claro ejemplo del relevo generacional antes mencionado ya que trabaja en la finca de Can Det, donde faenó su abuelo y continuaron de forma parcial su padre y su tío. «Siempre he estado vinculado a la agricultura, pero decidí dedicar mis esfuerzos a esta aventura», explica.

En su caso, se dedica al olivar y árboles frutales pero «también he cogido huertos de hortaliza ya que es un producto donde no debes esperar mucho tiempo para tener cierta rentabilidad económica; de esta manera busco un equilibrio para poder subsistir», ejemplifica. Joan Deià también solicitó esta ayuda a jóvenes agricultores aunque lamenta que los plazos para recibir el dinero se demoran demasiado. «En mi caso, que tengo la ayuda concedida, todavía no la he recibido», explica.

El caso de Joan Deià de Can Det no es un ejemplo aislado. En los últimos tres años el Govern ha recibido 367 solicitudes, aunque 72 fueron rechazadas. Pese a ello, Agricultura recuerda que en esta legislatura se han concedido una media de más del 80 % de las ayudas solicitadas por jóvenes y que el pasado año se dedicó una cifra récord de casi 4 millones para su incorporación al sector primario.

Desde las organizaciones agrarias destacan que el próximo paso debería ser que la Administración lleve un registro sobre la continuidad de estos jóvenes pasados los cinco años obligatorios.