Los estudios realizados hasta ahora sitúan en casi diez años el tiempo necesario en Balears para pagar una hipoteca en el caso de que se dedicara el sueldo íntegro. Ese tiempo se debería multiplicar prácticamente por cinco en un escenario realista en el que el comprador compagina la hipoteca con el coste de la vida. Se trata de un plazo que revela la imposibilidad de facto para pagar una hipoteca en el Archipiélago para la mayoría de familias: aunque el plazo de amortización disponible dependerá del banco con el que se contrate la hipoteca, lo más habitual es que el máximo sea de 30 años y solo algún banco como ING está dispuesto a llegar a los 40 años.
Asimismo, las condiciones y requisitos que exigen las entidades crediticias suelen ser muy estrictos, y cuanto más largo sea el plazo de amortización, más altos serán los intereses, lo que influye en el precio final del inmueble. Según los cálculos realizados en el estudio, el precio medio de la hipoteca se sitúa en 918 euros al mes, gasto al que hay que sumar 2.608 euros en facturas y dispendio medio de la familia. De esta manera, el sueldo restante, una vez deducidos los gastos mensuales, presenta un déficit de -360 euros, el más elevado de entre todas las comunidades. La traducción de ese déficit unido a unos elevadísimos intereses es lo que completa un plazo medio de amortización total de la hipoteca tan alto.
Es más, Balears es la única comunidad, junto con Madrid (-236 euros), que presenta un remanente negativo a final de mes. En el caso de la Comunidad Madrid, que presenta un mayor precio medio de la vivienda pero también mayores salarios (279.735 euros y 44.852 euros, respectivamente), por lo que el plazo medio de amortización de la hipoteca se quedaría en 43 años. Ambas comunidades se sitúan entre las cuatro con el acceso a la vivienda más comprometido. A Balears y Madrid les siguen Cataluña y País Vasco, que, aunque exiguos, sí presentan remanentes mensuales positivos. En cualquier caso, Raisin califica de «inalcanzable para la familia media» el acceso a la vivienda en estos territorios. «Aún con dos sueldos se vuelve imposible», concluye el estudio.
En el extremo opuesto, Asturias, Castilla-La Mancha, Murcia y Canarias son las comunidades donde el acceso a la vivienda resulta menos complicado; los remanentes mensuales una vez deducidos hipoteca y restos de gastos se sitúan entre los 385 euros y 634 euros. En el caso de las familias asturianas y manchegas, una vez deducido el coste de la vida, la hipoteca solo les supondría un 40 % de sus ingresos restantes, en ambos casos por encima de los 500 euros. Por otro lado, si el acceso a la vivienda para una familia balear es tarea complicada, en el caso de los solteros es casi una utopía. Y mucho más en el caso de la mujer: la brecha salarial entre hombres y mujeres resulta decisiva. Según los datos de Raisin, a una mujer soltera le resultaría prácticamente imposible comprar una casa en la mayoría de comunidades a excepción de Murcia, Castilla-La Mancha y Ceuta.
La situación no va a mejorar en 2023, con unos precios al alza –y pese a la previsible ralentización del mercado– por la subida del euríbor. El portal inmobiliario Idealista estima que el precio de la vivienda usada experimentó en Balears una subida del 3,1 % durante el tercer trimestre hasta situarse en los 3.567 euros el metro cuadrado. Balears alcanza así el mayor precio de la serie histórica.
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