La guerra de Ucrania ha disparado el número de ciudadanos de Europa del Este de alto poder adquisitivo interesados en hacerse con propiedades inmobiliarias alejadas del conflicto. Mallorca y el conjunto del archipiélago, destino cada vez más consolidado del turismo residencial de lujo, no están siendo ajenos a este comportamiento del mercado y las inmobiliarias especializadas en la venta a extranjeros constatan un significativo incremento de compradores de esas nacionalidades.
De esta manera, no solo ha crecido la cifra de adinerados ucranianos en busca de una vivienda de alto standing en las Islas. También se está percibiendo un aumento de compradores procedentes de países como Polonia o República Checa, interesados en hacerse con una suerte de piso franco en el Mediterráneo con el que poner tierra de por medio como medida preventiva en caso de que el conflicto bélico amenace con recrudecerse y acabar traspasando las fronteras ucranianas.
Se trata de una tendencia detectada desde el inicio de la guerra -hace ya más de seis meses- y que va a quedar reflejado en el balance final de compraventas de este año. Así lo asevera el presidente de la Asociación Balear de Inmobiliarias Nacionales e Internacionales (ABINI), Hans Lenz, quien considera lógico que las Islas se encuentren entre los refugios preferidos por perfiles de este tipo que buscan diversificar sus opciones de escapada en caso de necesidad.
«Es gente que ha decidido poner distancia con la guerra y Balears se les presenta como una alternativa atractiva, no solo por el clima, sino también por su buena oferta educativa, sanitaria, etc.», explica Lenz a la hora de trazar la lectura más obvia sobre el crecimiento de un mercado que nunca había tenido especial incidencia en las Islas. De hecho, ningún país de Europa del Este se había situado hasta hora entre los principales emisores de compradores de vivienda.
Según datos de la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI) en España, la alemana fue la nacionalidad extranjera que acaparó un mayor número de operaciones en 2021 con un total de 2.237, el 48,5 % del total de las ventas de viviendas a extranjeros.
Los alemanes estuvieron seguidos a bastante distancia por británicos (492 operaciones), franceses (263) y suecos (200). El top ten lo completan, por este orden, italianos, holandeses, suizos, austriacos, daneses y marroquíes. Aunque los alemanes son absolutos protagonistas del mercado en Mallorca, franceses y británicos son dominantes en Menorca, mientras que en Ibiza y Formentera se ha producido un fuerte incremento de holandeses.
Aparte de los europeos del Este y de un contexto internacional que ha espoleado su huida hacia latitudes meridionales, hay otra nacionalidad que está experimentando un sensible incremento este año en paralelo al crecimiento a nivel turístico a consecuencia de las nuevas conexiones aéreas directas y de los programas de promoción. Se trata del estadounidense, cada vez más interesado en hacerse un hueco en el mercado inmobiliario balear. «El de Estados Unidos es un cliente totalmente al alza en lo que se refiere al sector inmobiliario», afirma Lenz.
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