Fuster formalizará su dimisión el próximo lunes y, después de reunirse con su equipo y dar las pertinentes explicaciones, protagonizará una rueda de prensa informativa. Según ha trascendido, el máximo dirigente del IB-Salut habría defendido ante miembros del Ejecutivo que no quiso favorecer a nadie y que tomaba la decisión para no entorpecer la labor de la Conselleria y no generar sombras de sospecha en los procesos de oposición.
Por su parte, fuentes del Govern agradecieron el trabajo realizado por Juli Fuster al frente de la institución pública, pese a que nadie mencionó la polémica ni en público, ni en redes.
Quien sí hizo declaraciones fue el coordinador general de Més por Mallorca, Lluís Apesteguia, que reconoció haber hablado momentos antes del anuncio de dimisión con la presidenta del Govern, Francina Armengol, sobre la necesidad de que Juli Fuster dejara su cargo para mantener una buena imagen y dar credibilidad al Ejecutivo.
Así pues, al conocer la decisión, Més se mostró «satisfecho» por cómo se había resuelto la crisis y agradeció públicamente los servicios prestados por el dimisionario «especialmente durante los momentos más duros de la pandemia generada por la COVID-19», rezaba un comunicado.
Por su parte, el otro socio del pacto de izquierdas, Podemos, también solicitó al Ejecutivo que Fuster no siguiera al frente del IB-Salut. «Queda claro que se ha cometido un error, pero tiene sus consecuencias. Una vez que la persona se aparta, hay que respetarla, y ya dará las explicaciones el lunes», declaró Alejandro López, portavoz de Unidas Podemos Parlament, quien alabó la rapidez de la decisión.
La clave de esta dimisión se encuentra en que los hechos contravenían el punto 5 del código ético del Ejecutivo, así como el artículo 36.1 de la Ley del Bon Govern. En ambos documentos se especifica que «hay conflicto de interés cuando los miembros del Govern y los altos cargos intervienen en las decisiones relacionadas con asuntos en los cuales confluyan al mismo tiempo intereses de su cargo público e intereses privados propios, de familiares directos o compartidos con terceras personas». Juli Fuster debería haberse abstenido al resolver las alegaciones presentadas en el proceso selectivo en el que también participaba su hija, algo que no hizo y que es, precisamente, lo que le reprocha el TSJIB en la sentencia.
Oposición
Los hechos se precipitaron al publicarse este viernes la información sobre la sentencia. El grupo parlamentario de Ciudadanos registro a primera hora una petición de reprobación por lo que su portavoz, Patricia Guasp, tildó de «escándalo».
En la misma línea se posicionó el Partido Popular que consideró que la dimisión «era la única salida posible» para el director del IB-Salut y que solicitó una comparecencia en comisión parlamentaria de la consellera de Salut, Patricia Gómez.
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