En concreto, un 7,1 por ciento de la población encuestada refirió haber abandonado el consumo de alcohol durante la primera fase de la pandemia, frente a un 2,3 por ciento que señaló haber empezado a consumirlo en este periodo. El cambio en el patrón de consumo es diferente en función de la edad, siendo la población más joven la que presenta una mayor tasa de abandono y de reducción del consumo. Entre los grupos de mayor edad, el patrón de consumo presenta menos cambios. Respecto a las borracheras, en las personas de 15 a 64 años los datos muestran una disminución estadísticamente significativa en ambos sexos, pasando del 17,2 por ciento previo a la pandemia por COVID-19 (20,9 por ciento en hombres y 13,4 por ciento en mujeres) al 9,7 por ciento en el total de
las personas encuestadas de 15 a 64 años durante la pandemia (12,1 por ciento en hombres y 7,4 por ciento en mujeres). «Analizando los resultados según la edad, se observa una menor prevalencia de intoxicaciones etílicas agudas durante la pandemia en todos los tramos», ha resumido el psiquiatra.
No obstante, Zamora ha precisado que «estos datos deben ser analizados con mucha cautela, pues la encuesta se ha realizado vía telefónica y se centra sólo en la primera parte de la pandemia». Además, ha argumentado que estas cifras contrastan con otros datos, como que el aumento de la venta de bebidas alcohólicas en la primera semana de abril de 2020 en un 93,4 por ciento en comparación con la misma semana del año anterior, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. «El alcohol tiene la peculiaridad respecto a otras drogas de ser de venta legal y regulada, por ello la reducción global de la oferta de sustancias que supuso el confinamiento no afectó a su compra, sino que en muchos casos fue una droga que vino a sustituir a aquellas ilegales que en ese momento eran de difícil adquisición».
Además, ha añadido que «si bien el número de desintoxicaciones ambulatorias y hospitalarias, así como atenciones en Urgencias, se redujo por las limitaciones de movilidad propias del confinamiento, no fue así una vez desapareció dicho condicionante, aumentando progresivamente hasta recuperarse en la actualidad a niveles previos a la pandemia». A su modo de ver, «el análisis de las cifras que arroje el año 2021 en los próximos estudios y encuestas será fundamental para poder medir a nivel estadístico la evolución del consumo de alcohol y su tratamiento en los periodos avanzados de la pandemia una vez pasado el periodo de confinamiento».
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