Ha pasado de ser una consellera de Agricultura apodada la ‘Heidi' a saber unir a todo el sector entorno a ella. Mae de la Concha (Gijón, 1954) anunció hace escasas semanas que Balears será reconocido como territorio específico en el reparto de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC). Esta consideración por parte del Gobierno central y de Europa supone dar respuesta a una reivindicación histórica de agricultores y ganaderos y poder compensar los sobrecostes de la insularidad. Si hasta ahora un payés recibía 114 euros de renta básica de la PAC, ahora cobrará 188 euros. De la Concha hace balance de estos meses de negociación con el Ministerio de Agricultura.
Las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) son imprescindibles para el sector balear. ¿Esta dependencia de las ayudas europeas es sana para el sector?
—El 36 % del presupuesto comunitario se destina a la PAC. Es el gasto más importante de la Comunidad Europea porque se quiere garantizar que los ciudadanos europeos tengan acceso a la alimentación. Se tiene que garantizar que todos los agricultores, ganaderos y pescadores puedan continuar produciendo alimentos pase lo que pase. Es fundamental.
¿Qué significa que Madrid reconozca al Archipiélago como ‘región balear'?
—Era uno de los objetivos principales de esta Conselleria. Seguir sin reconocer los sobrecostes de la insularidad hace que el sector primario vaya desapareciendo año tras año. Por ello, el reconocimiento de la insularidad para nosotros es vital, aunque es increíble lo complicado que ha sido hacer entender por qué Balears necesitaba este ‘extra'.
¿Por qué ha sido tan complicado?
—Durante años Balears se ha ‘vendido' muy mal en Madrid. Se nos ve como una comunidad rica, donde el sector primario es algo residual. Nosotros tuvimos que demostrar ante el que los datos que éste tenía el Ministerio eran incompletos y que no reflejaban la realidad balear. Junto al sector, hemos demostrado que hay un abanico de pequeñas y medianas explotaciones muy diversificado y con productos de mucha calidad.
¿Cuánto tiempo han estado negociando para llegar a este reconocimiento?
—Ha sido un trabajo de meses. Hemos llevado las negociaciones con seriedad, honestidad y yendo de la mano de todo el sector.
¿Ahora cuál será el siguiente paso?
—Uno de los trabajos principales que queda a la Conselleria, a las organizaciones agrarias y a las cooperativas es hacer pedagogía y explicar a la payesía en qué consisten estas nuevas herramientas a partir de 2023. Dependerá mucho de cómo se adapten las explotaciones a estas nuevas políticas verdes para sacar el máximo partido a esta PAC que tanto ha costado.
El reconocimiento de la insularidad de Balears no será como el de Canarias o Malta…
—El éxito de esta negociación y lo que más nos ha costado ha sido reconocer que Balears es diferente. Tendremos un 50 % más de pago básico respeto a la media nacional. Además hay extras que, como nosotros ya partimos de una base superior, pues serán superiores.
¿Qué requisitos nos pedirá Europa a cambio de estas ayudas?
—La nueva PAC tiene un componente muy importante de pacto verde y producto de Km0. Penaliza a quien no lo cumple y va a beneficiar a quienes vayan por ese camino. En Balears tenemos unos cultivos que, en realidad, están muy en la línea de lo que Europa está pidiendo. Pequeñas y medianas explotaciones con cultivo muy diversificado, etc. La agricultura de Balears encaja en lo que pide Europa. Nosotros estamos muy adelantados por lo que nos podemos beneficiar mucho de estas nuevas ayudas específicas europeas.
Tal vez por qué somos una isla sin grandes monocultivos…
—Sí. Por ejemplo, la ambición de llegar al 25 % de superficie agraria útil en ecológico para 2030 en otros sitios es una montaña imposible de escalar, aquí no. En Balears ya nos acercamos. Con el crecimiento anual que tenemos de cultivo ecológico llegamos a ese 25 % sin problema.
¿Hay una valoración económica global de lo que reportará esta PAC para el sector insular?
—Hasta ahora se contaban unos 14 millones de euros anuales de pagos básicos. Ahora pasarán a 23 millones. Pero hay que añadir otras ayudas que dependen directamente de cuantas medidas sepa aprovechar cada payés. De cuánta gente joven se incorpore o cuántas mujeres jóvenes se incorporen… Está claro que esta PAC supone una bocanada de aire fresco para el sector.
Ha conseguido la unión de todo el sector agrario, misión imposible en otros gobiernos de izquierdas…
—La acción conjunta funciona. Tomamos objetivos comunes y hemos puesto todos de nuestra parte para conseguir este objetivo. En el sector primario nos unen muchas cosas, y más en una sociedad como la nuestra con pequeños y medianos propietarios. Cuando se establece un clima de confianza y mucha interlocución todo se hace más fácil. En el caso de la PAC, el sector siempre ha sido protagonista con nosotros. Esto ha sido gran parte del éxito de esta negociación. El ir todos a una.
Otro éxito de su Conselleria ha sido poder repartir el patrimonio de las Cámaras agrarias.
—Cuando entramos en la Conselleria todos nos decían que esto no saldría adelante… Pues ha salido. Lo primero que hicimos fue reunir a todos los que podrían ser beneficiarios y les dijimos que había que ponerse de acuerdo. Nosotros solo hicimos de mediadores. El dinero ya está repartido, falta la cesión de algunos inmuebles. En enero estará todo liquidado. En los tiempos que vienen es importante que las organizaciones agrarias tengan una solvencia económica.
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