Los hechos se remontan a las 16.00 horas del domingo. En una zona habituada a la presencia de la policía, los golpes horas antes en la puerta del piso para derribarla y poder acceder no llamaron la atención de los vecinos. Pero sí los continuos viajes cargados de cosas de los sospechosos. Un vecino avisó al propietario del inmueble de que en su piso había gente. El hombre, que se encontraba trabajando, llamó a la policía y les contó lo ocurrido. Al llegar los agentes al lugar no encontraron oposición alguna de las personas que había en la vivienda. Tenían preparadas las excusas por si eran descubiertos. En un primer momento comentaron a los policías que iban a okupar el piso y que no podían impedirlo.
Poco después cambiaron la versión y sostuvieron que un conocido les comentó que el inmueble estaba abierto e iban a instalarse allí a cambio de un pequeño alquiler. Esas teorías no se sostenían por ningún lado. Los agentes comprobaron que los cuatro tenían su residencia en Palma y, además, su apariencia no era la de personas que no tuvieron donde vivir. Según varios vecinos habían estado sacando cosas durante horas y realizando viajes con un coche, que tenían aparcado cerca de la vivienda. Ayer pasaron a disposición judicial y quedaron en libertad.
Tres de los cuatro arrestados cuentan con varios antecedentes
Los dos hombres y una de las mujeres, de 18 años de edad, cuentan con varios antecedentes penales. La cuarta en discordia, que portaba al bebé en brazos, tiene sólo 16 años. Todos están acusados de robo con fuerza. En su intento por acceder a la vivienda destrozaron la puerta, marcos incluidos, que ahora tendrá que hacer frente el propietario del inmueble. El perjudicado, en cuanto accedió a la vivienda, echó en falta varios objetos que habrían sido sustraídos.
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