Según las primeras hipótesis de la investigación a las que ha tenido acceso Ultima Hora el suceso se produjo el martes por la tarde en una finca privada. La víctima se encontraba en compañía de un amigo realizando un travesía aérea, cada uno con su paramotor. En un momento dado, el afectado notó algunas anomalías en el motor y decidió aterrizar. De hecho, la operación se realizó sin ningún incidente destacable, pero el motor se paró. Una vez el planeador estaba en tierra, el piloto decidió volver a encender el motor. En ese instante, el mismo se vino hacia la posición de la víctima y una de las hélices le produjo un corte seco en el cráneo.
A partir de ese instante se vivieron momentos de tensión y nerviosismo. El compañero del piloto herido acudió en su auxilio, le tapó la cabeza con un vendaje, lo subió en su propio vehículo y le llevó de urgencia hasta el hospital de Son Llàtzer. Nada más llegar al centro hospitalario, los médicos de Urgencias activaron el mecanismo establecido en estos casos y el paciente fue conducido hasta la zona de quirófanos.
Las primeras actuaciones facultativas fueron las de estabilizar el paciente, realizar un cosido de la zona afectada por el corte en la zona cabelluda del cráneos e iniciar las labores de injertos de piel.
Fuentes médicas confirmaron que, dentro de la gravedad de las heridas, el paciente tuvo mucha suerte dado que no le alcanzó en ninguna zona vital del cuerpo. El herido llegó al centro hospitalario por su propio pie, consciente y con la cabeza ensangrentada. En las próximas horas se está barajando la posibilidad de que sea trasladado hasta el hospital de Son Espases para someterse a una nueva operación con un equipo médico especializado en esta materia.
El paramotor es una aeronave conformada por un pequeño motor de hélice y un parapente. Es, básicamente, un parapente motorizado. El de la víctima estuvo durante muchos años en un hangar del aeródromo de Binissalem, pero desde hacía unos dos o tres años se había trasladado a una finca privada próxima al mismo.
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