La ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, finalizó ayer su visita institucional a la Isla, tras mantener reuniones con sindicatos, patronales, el propio Govern y visitar un hotel reformado íntegramente en Santa Ponça. La ministra se mostró muy satisfecha de la visita y mostró su colaboración absoluta a la presidenta del Govern, Francina Armengol. | Joan Torres

La ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, mostró ayer en Palma su preocupación por las protestas antiturísticas que se están produciendo este verano, en el caso de Palma la última tuvo lugar el pasado sábado. La patronal CAEB y la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) condenaron estos actos y pidieron a la Administración central que «ponga medidas adecuadas».

Maroto, tras la reunión que mantuvo con la presidenta Francina Armengol, en el Consolat, afirmó: «Hay preocupación, pero se trata de casos muy puntuales para un país que recibe 82 millones de turistas al año, los cuales ven en la seguridad uno de los principales atractivos de España para pasar sus vacaciones».

La presidenta de la CAEB, Carmen Planas, fue más tajante: «No se pueden tolerar este tipo de comportamientos que afectan directamente a los turistas. Hay máxima preocupación y exigimos a la Administración que toma las medidas adecuadas para erradicar estas actuaciones de grupos radicales».

Maria Frontera, presidenta de la FEHM, condenó las acciones antiturísticas del fin de semana: «Aunque se trate de pequeños grupos, el alcance de las protestas es internacional. Es lo que se busca sin pensar en las consecuencias. La Administración debe y tiene que actuar para evitar que no se repitan».

Partidos

Las acciones en contra del turismo provocaron también la reacción de los principales partidos de Balears, todos ellos para lamentar y denunciar los actos vandálicos contra los hoteles. Donde no hubo unanimidad fue en las reacciones a la manifestación convocada en el aeropuerto bajo el lema ‘El turismo mata Mallorca'. Podemos y Més defendieron el derecho de manifestación de las personas que se presentaron en Son Sant Joan.

El portavoz de Més, Josep Ferrà, lamentó las declaraciones del PP, que el mismo sábado se presentó en el aeropuerto para denunciar estos actos. Afirmó que Gabriel Company debería «preocuparse» por las declaraciones del candidato a la presidencia del PP Pablo Casado sobre la posibilidad de suspender el acuerdo Schengen, que regula la libre circulación de personas entre 26 países europeos y que tendría efectos directos en las Islas.

«Hay un problema de saturación y querer regularlo no significa que estemos contra el turismo», afirmó el portavoz de Podemos, Alberto Jarabo. Añadió que el turismo masivo ha tenido efectos directos sobre los ciudadanos de Balears, que tienen que soportar la masificación y el encarecimiento de los precios de alquiler, según dijo el líder de la formación morada.

PP, PSIB, Ciudadanos y PI fueron mucho más contundentes y lamentaron este tipo de actuaciones. Xavier Pericay, portavoz de Ciudadanos en el Parlament, anunció que su grupo propondrá una declaración «solemne» en defensa del turismo en el próximo pleno del Parlament, previsto para la semana que viene.

La portavoz del PP en el Ajuntament de Palma, Margalida Durán, aseguró que su formación presentará una propuesta en próximo pleno de Cort para que el Ajuntament condene estos actos.

Para Iago Negueruela, portavoz del PSIB, las protestas siempre han sido minoritarias y precisó que los sindicatos no están a favor de este tipo de actuaciones. «Se erigen en portavoces de los trabajadores, pero no lo son, porque son cuatro que hacen ruido, algo que merece todo nuestro reproche», dijo. Añadió que Balears vive del turismo y que el propósito del Govern es que los trabajadores vivan cada vez mejor, con mejores salarios y menos precariedad.

Jaume Font, portavoz del PI, pidió a quienes han hecho las pintadas «que vayan a ensuciar su casa», pero alertó de que se está agitando un «cóctel de nitroglicerina» que tendrá consecuencias si explota. «Cuando explote habrá heridos y entonces no valdrá llorar», dijo. Font lamentó la «tibieza» de la presidenta, Francina Armengol, y de la vicepresidenta y consellera de Turisme, Bel Busquets, a la hora de condenar los ataques, más aún cuando son las instituciones que tienen competencia para poder erradicar este tipo de hechos.