«Que digamos que es mi padre, no es una estrategia procesal, es la verdad», ha dicho Francisco Javier Ruiz-Mateos, uno de los hijos del empresario José María Ruiz-Mateos, que ha declarado este viernes en el juicio por la presunta estafa por la compra de los hoteles Beverly Playa en Paguera (Mallorca) y Beverly Park en Maspalomas (Gran Canaria).
Francisco Javier Ruiz-Mateos, que tiene dos condenas por alzamiento de bienes, ha expresado que si él y sus hermanos han responsabilizado a su padre por esta operación durante el juicio es porque esto es así. «Que parecemos tontos diciendo que papá, que papaíto; no tenemos que ponernos de acuerdo en cómo defendernos», ha manifestado visiblemente indignado.
Así, ha dicho que «no tiene por qué mentir a nadie» y que confiaba en su padre. Respecto a la firma de los avales por la compra de los hoteles, ha asegurado que los firmó por tres razones: «Lo piden los vendedores, absoluta confianza en la legalidad de la operación y por la trayectoria de mi padre durante 60 años». Posteriormente, ha dicho que, sin embargo, «a día de hoy, no avalaría una operación de Nueva Rumasa».
El Ministerio Fiscal, que en la sesión de este viernes ha sido representado por los fiscales Ana Lamas y Juan Carrau, le acusa a él y a todos los hijos varones de José María Ruiz-Mateos de no haber pagado el precio acordado por estos dos hoteles, un total de 11,7 millones de euros, y pide siete años de cárcel para cada uno.
Si en la sesión de este jueves declaró Álvaro, que dijo que él «no pintaba nada» y descargó la responsabilidad de las empresas en su padre, «el único dueño» de las compañías; en la sesión de este viernes han declarado el resto de sus hermanos que han expuesto un discurso similar.
Por su lado, Alfonso María, condenado por fraude tributario, ha asegurado también «tener confianza plena» en su padre y ha asegurado no tener «ni participaciones ni acciones» de las empresas de su progenitor.
Tras él, ha intervenido Pablo Ruiz-Mateos, que ha sido el único que ha dicho que estuvo presente en la negociación de la compra-venta de los hoteles -el resto solo ha reconocido haber firmado los avales- y ha hecho hincapié, como ya había dicho su hermano Francisco Javier, en que «no hay ninguna estrategia». «Estamos diciendo la verdad», ha asegurado. «CON EL DOLOR DE SU CORAZÓN»
Preguntado por la compra de dichos hoteles, el mayor de los hermanos Ruiz-Mateos, Zoilo, ha explicado que su padre «fue pagando a razón de 500.000 euros mensuales mientras pudo, hasta que dejó de pagarlos». «Y lo hizo», ha añadido posteriormente, con el dolor de su corazón y del nuestro, que no se crea que solo sufre él, sufro yo también».
En un sentido parecido, el segundo hijo de los Ruiz-Mateos, llamado como su padre, José María, ha asegurado que su padre «siempre ha tenido la voluntad firme e inquebrantable de cumplir con sus pagos».
Por su parte, la Fiscalía sostiene que para obtener la titularidad de los hoteles, presentaron garantías y avales falsos y una vez se habían entregado los hoteles no pagaron el precio acordado, 11,7 millones de euros con un aplazamiento de más del 80% del precio (9,4 millones). Así, calcula que los Ruiz-Mateos obtuvieron beneficios de unos 81 millones de euros utilizando como garantía los hoteles vendidos.
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