Aunque la reforma de la ley autonómica que regula el comercio, estaba planteada en los acuerdos de gobernabilidad, para llegar al texto aprobado ayer ha sido fundamental una iniciativa del PI que desbloqueó la situación y que luego fue asumida por la izquierda.
La modificación no se limita únicamente a los festivos. Prevé también, en la tramitación de la autorización comercial de grandes superficies comerciales, un informe favorable de los ayuntamientos y consells sobre su incidencia en las infraestructuras públicas. Con estos informes se pretenden evitar colapsos circulatorios como el que ocasionó la apertura del macro-centro Fan Mallorca, en el Coll den Rabassa de Palma.
Libertad y ayudas
Durante el debate, el diputado del PP Santiago Tadeo acusó al Govern de querer hacer una política «totalmente intervencionista». Para Xavier Pericay (Ciudadanos), no se trata de limitar la libertad sino de dar más ayudas para el pequeño y mediano comercio de las islas, que les permita innovar y adaptarse a los nuevos tiempos, como la venta por internet, en lugar de reducir los días de apertura en festivos.
La norma entrará en vigor el próximo año. El Govern, de acuerdo con las organizaciones del sector y los sindicatos, aprueba cada año el calendario de festivos en los que los comercios pueden abrir. En las comunidades gobernadas por el PP, la liberación es mayor.
El diputado del PI Josep Melià entiende que el trabajo de su grupo ha sido «decisivo» para que esté en vigor a principios de 2017.
El diputado consideró que la labor del Ejecutivo con este asunto no tiene que terminar con la reforma y que ahora hay que aplicar medidas para apoyar al sector. Saura (Podemos) abundó en los derechos laborales y en frenar el poder de las grandes superficies.
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