Juan José Hidalgo, en su sede madrileña, califica de «anécdota bancaria» los problemas que el Banco de Crédito Balear, Es Crèdit, le planteó en 1991. | G.G.

Juan José Hidalgo (Villanueva del Conde, Salamanca, 1941) nunca lo ha tenido fácil en su trayectoria empresarial. El transporte aéreo ha sido su vida, de ahí lo de ‘Pepe aviones', pero él siempre ha sabido que sin transporte aéreo no podía llegar tan lejos como ha llegado. Air Europa fue su apuesta empresarial más arriesgada, pero era necesaria para crear el imperio turístico que ahora preside.

¿Cómo tomó la decisión de comprar Air Europa?

Esta compañía estaba en quiebra y tomé la decisión estratégica de comprarla, asumiendo para ello muchos riesgos. Necesitaba disponer de una aerolínea para afrontar futuros proyectos. No fue fácil el comienzo, ya que tuve que hacer frente a toda una serie de pagos, como la compra de acciones. Con el BBVA no tuve ningún problema, pero no así con el Banco de Crédito Balear, Es Crèdit, que me hizo pagar al contado la compra de sus acciones en vez de negociarlas. Recuerdo ese mal momento que pasé y lo que supuso para mí, pero al final logré salvar el escollo y tirar hacia adelante, pese a que Miguel Nigorra me dijo que a dónde iba yo con semejante aventura.

Cómo encontró la aerolínea?

Estaba totalmente descomercializada, pero tuve la gran suerte de que vino la Expo de Sevilla de 1992, año en el programé una gran cantidad de vuelos desde todos lo aeropuertos españoles hacia Sevilla. Ese ejercicio económico fue muy bueno y logré levantar comercialmente y empresarialmente Air Europa.

¿Rompió moldes?

Pues sí. El primero de ellos en 1994, ya que rompí el monopolio de Iberia en el puente aéreo Madrid-Barcelona. Asimismo, pude abrir al tráfico el aeropuerto de Tenerife Norte, gracias al buen hacer de Manuel Panadero y Manuel Abejón, director general de Aviación Civil y presidente de AENA, respectivamente. Llegué en esos años a contar con una flota de nueve aviones y una plantilla de 1.000 personas.

¿Siempre ha mantenido una dura pugna con Iberia?

La batalla continúa. En aquellos momentos nos pusieron todo tipo de pegas. Nos sentimos arrinconados como aerolínea porque nos negaban slots en los aeropuertos. Nadie iba a favor de Air Europa. Fueron unos momentos muy delicados desde el punto de vista empresarial.

¿Qué pasó entonces?

La vida te ofrece oportunidades que tienes que coger. Estamos en 1997 y se me plantea la oportunidad de poder comprar aviones de la gama Boeing 737-800. La Boeing buscaba un operador y yo me ofrecí. Fue una operación óptima de la cual salió reforzada la aerolínea, más aún cuando, al comprar doce aviones, Boeing me regaló cuatro. Siempre he comprado aviones y luego los he vendido, ya que ello me da liquidez para afrontar otros proyectos, mejorar la flota de la compañía y salvar la cuenta de resultados, como así sucedió en 2001 a raíz de los atentados del 11-S en Nueva York. Los bancos no contaban con nosotros para financiarnos.

¿Mucho riesgo?

Pues sí, pero siempre he afrontado este tipo de situaciones con visión de futuro. Aquí se encuadra la operación de compra de 30 aviones B 737-800 en 2002, con un descuento por avión del 40 %. El incumplimiento de la entrega de aviones genera a nuestro favor una serie de indemnizaciones que nos dieron más liquidez, como así pasó con el fabricante Airbus, que tuvo que pagarnos 70 millones de euros por este motivo. Ahora trabajo con Boeing y estoy más que satisfecho y contento con este fabricante, que nos ha entregado el mejor avión comercial del mundo, el Boeing 787 Dreamliner.

¿Qué ha supuesto Air Europa para Globalia?

Es el motor del grupo porque arrastra todo el negocio de Viajes Halcón, Travelplan y Groundforce. Estamos volando a todo el mundo. A esto añadir que en Air Europa nunca ha habido un retraso en pagar las nóminas cada 28 de mes. Es una obsesión mía cumplir como empresario.

¿En la trayectoria de la aerolínea quiénes han sido los que han puesto más empeño en echarles del mercado?

Tienen nombre y apellidos, caso de Mario Conde, Pedro Pueyo y el grupo Marsans, que copresidían Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz. Menciono a Mario Conde porque el banco que presidía, Banesto, era accionista propietario con Pueyo de Oasis Airlines. Como presidente de Banesto no actuó bien con nosotros, especialmente porque me canceló cualquier petición de crédito que solicitaba a esta entidad financiera. En cuanto pedíamos un crédito para Air Europa, él se encargaba de que no nos lo concedieran. El grupo Marsans jugaba con ventaja, ya que conseguían liquidez para Spanair de sus socios suecos (SAS). Ha sido la lucha más grande de mi vida. Nos copiaban todo y teníamos que competir contra alguien al que no le importaba perder dinero. Estos han sido los que han intentado destruir nuestra compañía aérea.

¿Qué ha supuesto la celebración del 30 aniversario?

Sabiendo mis orígenes, solo puedo decir que siento un orgullo muy grande por cómo han evolucionado las cosas. No puedo aspirar a más porque he conseguido el objetivo empresarial de posicionar a Air Europa como una aerolínea moderna y con la flota más competitiva.