El nuevo régimen, similar al que tienen las Islas Canarias, supone un incentivo fiscal en el Impuesto de Sociedades, con un ahorro hasta del 75 por ciento, y en el IRPF de residentes y no residentes, con ahorros de hasta el 65 por ciento, por rendimientos de actividades económicas en la isla.
En concreto, se crea una reserva para inversiones dentro del Régimen Especial de las Islas Baleares. Se podrá lograr un ahorro fiscal mediante la reducción de la base o de la cuota imponible por dotaciones a la reserva de inversiones hasta el límite del 75 por ciento de los beneficios no distribuidos procedentes de Baleares.
Esa reserva pude materializarse en tres años en inversión patrimonial para crear o ampliar un establecimiento, en diversificar la actividad, transformar la producción, crear puestos de trabajo y mejorar la protección del medio ambiente. Los incentivos entrarán en vigor el uno de enero de 2016.
José Ramón Bauzá subrayó este miércoles el hecho «histórico» de que el régimen balear sea a partir de ahora también fiscal para amortiguar el coste añadido que tiene la insularidad. Recordó que un informe de la Universidad de las Islas Baleares cifró ese sobrecoste en 9.000 millones de euros y que en él se ha apoyado su gobierno para reclamar esta reforma legislativa. Según sus cálculos, se podrán beneficiar unas 3.700 empresas y más de mil declarantes de IRPF.
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