La entidad puso como ejemplo el programa Casados a primera vista, en el que un grupo de profesionales de la psicología y la psiquiatría selecciona a dos participantes para que se casen si conocerse. Lo hace después de examinar un test de 400 preguntas y entrevistar individualmente a los candidatos para completar sus perfiles y formar una pareja. El equipo de expertos también se encarga de guiar y ayudar a las parejas durante su primer mes de convivencia. Es el punto de partida del ‘reality'.
Desde el Colegio lamentan que se utilice el nombre de la psicología «para dar credibilidad a determinados productos con exclusivo interés comercial, dado que estos profesionales trabajan en campos mucho más serios, rigurosos, beneficiosos y necesarios para contribuir realmente a mejorar la calidad de vida del ser humano», especifican desde la junta de gobierno, que apunta que todas las personas como individuos pueden llegar a ser felices, tanto si deciden tener pareja como si no».
«Aventurar que por unos test de compatiblidad, de inteligencia, características y personalidad se pueda encontrar ‘el amor de tu vida' es muy osado», apuntan.
«Es importante y sobre todo necesario reflexionar sobre este tipo de programas televisivos y otros similares (Gran Hermano, Hermano Mayor...) y la repercusión en el comportamiento de las personas. Muchas veces se basan en criterios falaces con tal de obtener índices de audiencia».
19 comentarios
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La repercusión en el comportamiento de las personas es mucho peor por ver series y películas con asesinatos y muertes violentas
Son mil vegades més nocius per la salut mental de la gent El Cascabel o els debats d'Intereconomia que Sálvame.
La televisión es el espejo donde se refleja la derrota de todo nuestro sistema cultural. 'Federico Fellini'
¿La selección de concursantes aun las realiza el psicólogo Enrique García Huete?
Gran ideario el del COPIB; quien no quiera telebasura que no la vea. Que se preocupe el presidente de esta entidad de su funcionamiento y la transparencia en vez de dar una opinion publica al colectivo de psicologos.
Lo " bueno " es que han esperado tantos años , que como mucha gente está enganchada y vive su vida como si estuviera en tele5, ahora se convertirá en un negocio. PD: y como en todas las profesiones...... no me meto con los buenos psicólogos.
Hmmm, llegan 15 años tarde. El primer GH fue como por 2000, y ya por entonces sabíamos que era basura de la peor.
La telebasura es un paréntesis, un relax, una diversión y una forma de que la gente no hable de los vecinos, sino de los personajes mediáticos. A mi me preocupan más los programas que se visten de informativos o de debates y que no son más que una manipulación pura y dura. Y yo no consumo ni programas ligeros (me niego a llamarlos telebasura) y huyo de los manipuladores.A mi me gustan los documentales, Cuarto Milenio, las series, el cine, los programas musicales, los concursos y todos los que han costado su esfuerzo.
La ópera es una mier daaa
@Aida. Estoy de acuerdo contigo y los comentarios que piden su prohibición son de un cinismo recalcitrante. Todo lo que sale en estos programas es una ficción, una comedia. No hay nada real en la telerrealidad y cualquiera que vea cinco minutos de estos programas lo entenderá. ¿Será que quienes los ven no entienden este sencillo principio? ¿Habría que prohibir Los Vengadores o las películas de Almodóvar porque son de ficción? No cuentan nada verdadero, todo es una ilusión: gente volando, monjas embarazadas, niñas con poderes... ¿Por qué regla de tres se pide la prohibición de la telebasura y no de, yo qué sé, la ópera? Todos son productos de consumo, cultural o subcultural, pero nadie obliga a verlos. Siempre puedes cambiar de canal. ¿Es un problema de educación? No. Gran Hermano triunfa en países como Finlandia, el culmen del informe PISA, u Holanda, país que lo inventó. Desde Corea o Japón llegan programas de televisión denigrantes y absurdos, y sus escolares se cuentan entre los más adelantados. La gente se rasga las vestiduras diciendo que son basura y que deberían prohibirlos. Yo preferiría que vieran ópera o cine de autor, pero ¿quién soy yo para decirles qué deben ver? Yo les ofertaría otras cosas pero, si no las eligen, mala suerte. Es cuestión de oferta y demanda. Se empieza prohibiendo Gran Hermano y se acaban prohibiendo hasta los cuentos para niños. Cuando alguien decide qué no puedes ver se llama censura. Y siempre acaba fatal.