El Mallorca más respondón ha vuelto a quedarse este sábado con las manos vacías. Con una convincente puesta en escena, el conjunto de Javier Aguirre acababa hincando la rodilla tras una función quebrada en el primer tiempo por el máximo goleador de LaLiga: Robert Lewandowski. El delantero polaco del Barcelona resolvía su primera visita a Son Moix con un genialidad y le daba al equipo azulgrana tres puntos que le ayudarán a trasnochar en la cumbre del campeonato. Los baleares, autores de las mejores ocasiones de la noche, eran incapaces de superar a un gran Ter Stegen en sus llegadas más nítidas antes de ahogarse en la orilla, desnudos y sin nada en las manos (0-1).
En plena trastienda y antes de que el balón empezará a girar sobre sí mismo, Aguirre había despejado a su manera los pocos interrogantes que faltaban en su pizarra. Dentro del área, Copete se mantenía por delante de Nastasic (suplente) y repetía al lado de Valjent y Raíllo. Y en el centro de mando, le entregaba por primera vez la titularidad a Baba, que había llegado de Ghana con alguna pequeña molestia en las piernas, y lo rodeaba con Galarreta y Antonio Sánchez. En la otra parte del campo Xavi había tenido que armar un rompecabezas en defensa. La falta de laterales derechos le forzaba a experimentar en esa orilla con Balde y mantenía a Jordi Alba sobre su carril habitual, con Piqué y Christensen llenando la franja central. En la sala de máquinas emergía Kessie en lugar de Pedri y en el frente de ataque Ansu entraba en el puesto de Raphinha.
Ya con la función en marcha, se despertaba con la boca pastosa el Barcelona. Le costaba mucho abrirse paso al equipo de Xavi, bien rodeado por camisetas rojinegras en las zonas sensibles del campo. De hecho, las primeras llegadas al área las firmaba el Mallorca, que además destapaba el pozo de las acciones a balón parado forzando el primer saque de esquina, el manantial de la esperanza para Javier Aguirre. Kang In Lee se animaba a romper el hielo con un tiro que se torcía levemente al rozar a Gavi y provocaba un córner que podría haber modificado el guion. Mientras las torres del Barça contenían a Muriqi, los baleares tiraban de laboratorio para habilitar a Galarreta. El eibarrés, con un remate tan cómodo como defectuoso, lanzaba a la papelera la primera gran oportunidad de la noche.
No tardaría en arrepentirse el Mallorca, entero y saludable en el momento de recibir un navajazo en el vientre. Porque el Barça no necesita fabricar ocasiones; ya tiene a Lewandowski para inventárselas. A varias manzanas de la zona de conflicto pero con el radar activado, el polaco recibía un pase al hueco de Ansu Fati y lo refinaba con un par de maniobras. Primero ganándole la espalda a Valjent; después, sacudiéndose la marca tardía del eslovaco y al final, atravesando el balón hacia el palo izquierdo de Rajkovic. La carta de presentación de un killer a la vieja usanza, como lo definió Aguirre en la sala de espera. Un matador que pudo desangrar al Mallorca solo dos minutos después, tras recoger un paquete enviado por Busquets que, contra todo pronóstico, alojaría suavemente en las manos del portero.
Con todo, el Mallorca no se arrugaba. La otra gran ocasión en rojo y negro resultaría familiar: Jaume Costa remataba —solo y en la frontera del área pequeña— un delicado centro de Antonio Sánchez y aparecía Ter Stegen para detener la bola con el brazo. Más o menos como en el partido de la temporada pasada. De ahí hasta el descanso el encuentro se ensuciaba a base de tarjetas y refriegas, siempre lejos de las porterías.
La segunda mitad estallaba con una atrevida combinación entre Maffeo y Antonio Sánchez con la que el Mallorca acariciaba el empate. Pero volvía a ser Ter Stegen, el equivalente a tener un Lewandowski en área propia, quien desbarataba el remate final para degradarlo a saque de esquina. El Barça, sin prisa y con pocas ganas de pisar charcos, domesticaba al Mallorca teniendo la posesión y esparciendo poco veneno, lo que le abría al conjunto local una puerta de cara a los asaltos finales. Aguirre oxigenaba a su equipo lo justo para poder arrimarse alguna que otra vez y no descomponerse. Y el plan funcionaba. El Mallorca tenía unas gotas de gasolina para opositar al empate en el epílogo y su propuesta más clara moría en las botas de Kang In Lee, que se plantaba ante Ter Stegen con la lengua fuera antes de terminar cruzando demasiado el balón. El Barça más ahorrador había impuesto su ley.
Ficha técnica:
0 - Real Mallorca: Rajkovic, Maffeo, Valjent, Raíllo, Copete, Jaume Costa (Cufré, m.77), Baba, Galarreta (Lago, min.85), Antonio Sánchez (Dani Rodríguez, m.67), Kang In Lee y Muriqi.
1 - FC Barcelona: Ter Stegen, Balde, Piqué, Christensen, Jordi Alba (Sergi Roberto, m.80), Busquets, Kessie (Pedri, m.67), Gavi, Dembélé (Ferran Torres, m.80), Ansu Fati (Raphinha, m.67) y Lewandowski.
Gol: 0-1, Lewandowski, min.20.
Árbitro: Gil Manzano (Comité extremeño). Amonestó a Jaume Costa y Valjent por parte del Mallorca y a Christensen, Piqué, Kessie y Busquets por parte del Barcelona. Expulsó a Óscar Hernández, segundo entrenador del Barcelona (min.40).VAR: Jaime Latre (Comité aragonés).
Incidencias: 18.103 espectadores en Son Moix para presenciar el partido de la séptima jornada en Primera División.
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