Real Madrid (16+20+25+22): Randolph (9), Maciulis (3), Ayón (14), Llull (23) y Taylor (3) -equipo inicial-, Doncic (4), Rudy (4), Carroll (6), Hunter (9), Draper (3) y Thompkins (5).
Darussafaka (24+13+16+22): Wilbekin (8), Wanamaker (21), Clyburn (15), Zizic (5) y Harangody (11) -equipo inicial-, Bertans (7), Batuk, Aldemir, Moerman, Anderson (8) y Slaughter.
Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Borys Ryzhyk (UKR) y Matej Boltauzer (SLO). Luke Harangody fue eliminado por cinco personales (min.40)
Incidencias: primer partido de cuartos de final de la Euroliga de baloncesto disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (WiZink Center) ante 9.614 espectadores.
El Real Madrid sufrió mucho para conseguir la victoria, por 83-75, que le otorga el primer punto de la eliminatoria de cuartos de final ante el Darussafaka, que dominó en el marcador hasta el descanso y sólo cedió cuando el equipo blanco le igualó en lo físico y aparecieron Sergio Llull y Gustavo Ayón.
La efectividad total del Darussafaka en los primeros minutos de partido comenzó decantando el marcador a favor del conjunto turco, aunque el Madrid respondió con cierta solvencia hasta que un gran mate de Jeffery Taylor supuso la primera y breve ventaja local, 8-7 (min.3).
Las cortas rotaciones de David Blatt en el equipo otomano produjeron una especie de letargo en la defensa madridista, que se vio atada de pies y manos para frenar la capacidad anotadora del rival.
El 'playoff' apenas había echado a andar y ya se podía observar que esta fase nada tiene que ver con lo anterior. Así las cosas, entre fallos locales, aciertos y rotaciones visitantes, el primer cuarto acabó 16-24, con Luke Harangody especialmente atinado.
El Real Madrid intentó recapacitar en el intervalo entre cuartos, pero la primera alarma se encendió en cuanto se reanudó el juego con la primera ventaja del Darussafaka por 10 puntos, 16-26 (min. 10:20).
El equipo de Pablo Laso salió con más ánimos pero con los mismos mediocres resultados de cara al marcador. La buena circulación de balón del Darussafaka sacaba de contexto a la defensa madridista y los diez puntos de ventaja se mantuvieron durante muchos minutos, 23-33 (min. 16.30).
El equipo español tardó en ponerse al nivel físico que requería el partido. Eso y su falta de acierto en el lanzamiento explica el marcador y la sensación de desprotección que flotó en la pista.
La entrada de Othello Hunter, su lucha bajo los aros, sobre todo en ataque, el aumento de prestaciones de la defensa blanca y, sobre todo, dos triples consecutivos de Sergio Llull en el último minuto del segundo acto, fueron claves para que el marcador al descanso fuese más equilibrado, 36-37.
Brad Wanamaker sembró el terror en la defensa local cada vez que tuvo el balón en sus manos y las carencias de rebote en el Madrid, 13-18, también explican el resultado hasta ese momento.
Tras dos minutos de juego, con el Madrid mucho más centrado en defensa, el equipo blanco logró la segunda ventaja en el partido, 41-40 (min.22), tras una canasta de Gustavo Ayón y un triple posterior de Llull le otorgó la primera renta casi considerable, 44-40.
Con la dinámica del partido en unos parámetros más normales, el Madrid comenzó a crecer en su juego con un Ayón enchufado, 48-43 (min.24). La defensa de Dontaye Draper fue importante en esos momentos.
Los problemas comenzaron a aflorar en el Darussafaka. La autopista hacia el aro rival se había cerrado y las dudas se comenzaron a instalar en su juego.
Con el físico igualado, la calidad y determinación del dúo Llull-Ayón comenzó a dar réditos. Y con Anthony Randolph sumándose a la causa en los últimos minutos, el resultado al final del tercer cuarto, 61-53, comenzó a pintar mejor para el Real Madrid.
La luz al final del túnel la comenzó a ver el equipo blanco cuando Jaycee Carroll anotó su primer triple al filo de los tres minutos del último cuarto, que significó alcanzar la decena de puntos de ventaja por primera vez, 68-58, par los locales.
David Blatt, entrenador de Cleveland Cavaliers en la NBA hasta hace apenas unos meses, ya había visto serios problemas en su equipo, porque instantes antes había solicitado un tiempo muerto para intentar centrar a sus jugadores.
Pero el Madrid ya estaba en velocidad de crucero tras haber ido sumando efectivos poco a poco, tanto en defensa como en ataque, 74-60 (min.35).
Con cinco minutos por delante y 14 puntos de ventaja, la gestión de la victoria tuvo de todo menos facilidades, aunque el Madrid supo hacerlo con maestría, bajo la dirección y anotación de Llull, para apuntarse el primer punto de la eliminatoria.
El Madrid consiguió el 1-0, pero, además, se dio cuenta de que deberá trabajar mucho y bien para llegar a Estambul y a la Final a Cuatro.
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