Gran parte de la plantilla del equipo brasileño que viajaba para disputar la final del torneo continental falleció en la tragedia, que tuvo como saldo 71 muertos. La aeronave se estrelló en una colina cuando estaba cerca de llegar a su destino en Medellín.
La Conmebol resolvió otorgar la copa al Chapecoense y tener un reconocimiento especial con el otro finalista, el Atlético Nacional, que tras el accidente pidió que se declarara como campeón a su rival.
El presidente electo del Chapecoense, Plínio David de Nes, recibió el trofeo de su homólogo de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Alejandro Domínguez. «Me gustaría dividir el trofeo que acabamos de recibir con quien nos dio esta posibilidad con un gesto de humanidad, dignidad y demostración de amor al ser humano, aquel que recibió a nuestros héroes en su última caminata», dijo Nes.
«Ellos estaban felices, ellos estaban contentos y alegres por hacer aquello que estábamos proyectando, estaban yendo a la final de la Copa Sudamericana», agregó.
El titular del club brasileño, quien relató que estuvo a punto de tomar el vuelo pero que permaneció en Brasil por compromisos vinculados al fútbol, levantó el trofeo junto al representante del Atlético Nacional, Daniel Jiménez Ochoa, en el momento más emocionante de la noche.
Una investigación realizada por el Gobierno de Bolivia dijo que la empresa LaMia y el piloto que comandaba el avión fueron responsables directos del accidente. El piloto fue acusado de despegar sin combustible suficiente para completar el vuelo.
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