El fútbol ofensivo de la selección española contra la estructura atrás más consistente del campeonato en las tres primeras jornadas, en el estadio de Francia, en Saint Denis, el mismo escenario de la final del 10 de julio que ambicionan ambos conjuntos, desde mañana una tarea imposible para uno de los dos, para el que sea derrotado.
Un equipo preparado para ganar desde la posesión de la pelota, desde su precisión, su movilidad, su calidad en el centro del campo, desde las subidas por las bandas y desde el desborde en la zona ofensiva contra un bloque compacto, que enfoca sus duelos al dominio de las dos áreas, la suya, impenetrable, y la contraria, certero.
Los dos presentan los mismos números en la primera fase: dos victorias y una derrota. Pero las sensaciones son diferentes, porque España terminó segunda de su grupo, con la complicación que suponía de cuadro hasta la final del próximo 10 de julio en París, y porque Italia perdió en la última cita, pero tenía el liderato asegurado.
La derrota contra Croacia creó dudas en torno a España, en un partido extraño por el desarrollo, más aún cuando la 'Roja' se puso en ventaja muy rápido, y por el desenlace, un contragolpe que condujo y culminó Iván Perisic en el minuto 89, al que han dado vueltas y vueltas los jugadores de la selección después del choque.
Un contraste con sus dos primeros encuentros, de pleno éxito para la selección, imponente para República Checa y Turquía, con la jerarquía de un favorito y del reciente doble campeón de Europa, que ahora tiene ante sí un momento definitivo, en el inicio de las eliminatorias que no admiten error. El que falla, se va para casa.
Sólo hay dos opciones: reacción o decepción este lunes. No hay matices a estas alturas, en los octavos de final, menos aún para el equipo más elogiado en las dos primeras citas, que ha dominado las dos últimas Eurocopas y que dispone de un conjunto incontestable cuando está a su mejor nivel y temido por cada uno de sus rivales.
También por Italia, con la memoria de la derrota en la final de la Eurocopa de 2012 por 4-0 en el estadio Olímpico de Kiev y con la preocupación de cinco encuentros consecutivos sin ganarle a España, pero también con el aval de su momento, de la estructura que ha formado Antonio Conte y de su espíritu de grupo y de sacrificio.
Atrás, Gianluigi Buffon protege la portería junto al trío de centrales compuesto por Andrea Barzagli, Leonardo Bonucci y Giorgio Chiellini, a los que ya desbordó España en la final de la Eurocopa 2012, al igual que su medio centro defensivo, Daniele de Rossi. Son los cinco titulares de aquel choque que siguen en la selección.
Marco Parolo y Emanuele Giacherini escoltan a De Rossi, con dos hombres para todas las bandas. Sin Antonio Candreva, baja por una lesión muscular en el aductor, Alessandro Florenzi será su sustituto por la derecha, con la incógnita por la izquierda: Mattia De Sciglio, más defensivo, o Matteo Darmian, más ofensivo. Pellé y Éder apuntan a la delantera, como ante Bélgica (2-0) y Suecia (1-0).
En España, Vicente del Bosque posiblemente repita alineación, como ha hecho en las tres primeras jornadas, a pesar de la derrota con Croacia. En ella se mantendría Manuel Agudo, 'Nolito', según las últimas pruebas, aunque con opciones para Pedro Rodríguez en el caso de que incluya algún mínimo e inesperado retoque en su once.
El resto son fijos, con David de Gea afianzado en la portería por tercer duelo seguido, con Juanfran Torres, Gerard Piqué, Sergio Ramos y Jordi Alba en la defensa, con Sergio Busquets, Andrés Iniesta y Cesc Fábregas en el centro, con David Silva en una banda y con Álvaro Morata arriba y con tres goles ya en esta Eurocopa 2016.
Alineaciones probables
Italia: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini; Florenzi, Parolo, De Rossi, Giacherini, De Sciglio o Darmian; Pellé y Éder.
España: De Gea; Juanfran, Piqué, Ramos, Jordi Alba; Cesc, Sergio Busquets, Iniesta; Silva, Morata y Nolito o Pedro.
Árbitro: Cunet Cakir (Turquía).
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Que jueguen con una camiseta blaugrana. Y la camiseta blanca que la tiren a la basura