El número tres del mundo no pudo volver a la acción de forma exitosa. Es más, encajó una clara derrota. Cedió por 6-2 y 6-0 en la pista del Zayed Sports City. Fruto de su ausencia, echó en falta rodaje, precisión y regularidad ante un rival más certero y eficaz, que en cuartos se había deshecho del también español Feliciano López.
Murray, que había perdido ante Nadal en 15 de las 20 ocasiones en las que se habían enfrentado, se metió de forma brillante en la final del millonario Mubadala World Tennis Championships, en la que se enfrentará con el serbio Novak Djokovic que superó al suizo Stanislas Wawrinka (6-1 y 6-2).
Era el primer partido para la raqueta de Manacor después de su operación de apendicitis en Barcelona el pasado 4 de noviembre, una intervención que le privó de participar en el Masters 1.000 de París-Bercy y el Masters de Londres.
Nadal ha aprovechado este parón para tratarse su lesión en la espalda con un tratamiento con células madre y lo que intenta es recuperar sensaciones. Tras esta exhibición seguirá su calendario en Doha y en Melbourne.
Tras derrotar a Djokovic en la final de París, Nadal no ha vuelto a ganar un torneo, con derrotas en la segunda ronda de Halle ante el alemán Dustin Brown, en los octavos de Wimbledon contra el australiano Nick Kyrgios, en los cuartos de Pekín frente al eslovaco Martin Klizan, en la segunda ronda de Shanghai contra Feliciano López y en los cuartos de Basilea ante el croata Borna Coric.
Murray no dio opción al jugador balear desde la primera bola de partido. Muy motivado, aprovechó las carencias lógicas de estas semanas de baja del español y se lanzó a por la victoria sin remisión.
Nadal tuvo un amago de reacción en los terceros juegos de ambas mangas. En la primera dispuso de tres bolas para romper el saque a Murray y en la segunda cinco, pero entre la inspiración del escocés y la falta de acierto del español, el panorama no mejoró un ápice.
Murray se disparó a cerrar el triunfo por la vía rápida, pero aún así, en el quinto juego, con 4-0 ya en el electrónico, tuvo que salvar otras cuatro bolas de rotura, con lo que dejó a Nadal con un balance negro de 0-12.
El 'rosco', el 6-0, fue inevitable porque el británico era un vendaval. Nadal, como siempre, luchó al máximo, pero sin éxito en esta ocasión ante un rival en plenitud.
2 comentarios
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Voler mantener el cos de Nadal a base de injectar-li cèdules mare, càmeres hipebàriques i transfusións, es una barbaritat. Es una persona i no un monstruo. El seu entorn ha de reflexionar.
Entre jonolls i apendiçitis li han jugat una mala passada.Es hora d'espebilar si vols estar allà dalt.Vius i ungles.