«Tito» Rabat no dudó al apagarse el semáforo rojo y salió como una exhalación, pero antes de cumplirse el primer giro un error le hizo cortar el ritmo y verse superado por varios rivales. Pasó de la primera a la sexta plaza.
El error de Rabat le puso en bandeja el liderato al finlandés Mika Kallio (Kalex), autor del tercer mejor tiempo de entrenamientos, que comenzó a marcar vueltas de récord perseguido por el británico Sam Lowes (Speed Up), el suizo Thomas Luthi (Suter) y los españoles Maverick Viñales (Kalex) y «Tito» Rabat.
Sin perder la compostura ni los nervios, Rabat llegó hasta la segunda posición al principio de la quinta vuelta, tras superar en la apurada de frenada de la recta de meta a Viñales, por entonces segundo, y ya con Mika Kallio, que marcó vuelta rápida en ese giro, como la única referencia a batir.
Aunque el finlandés aguantó en cabeza y marcó alguna vuelta rápida de carrera más, «Tito» Rabat respondió con las mismas armas y poco a poco se fue acercando a su rival, que no aguantó la presión y en el mismo punto que el líder del mundial doblegó a Viñales se vio superado por Rabat al comienzo del octavo giro, aunque aún tuvo fuerzas para devolverle un primer adelantamiento a su compañero de equipo.
Eso fue todo ya que en la siguiente vuelta, en la novena, «Tito» Rabat volvió a superar a Kallio y comenzó a tirar con fuerza para intentar estirar el grupo, con lo que consiguió un doble efecto pues Maverick Viñales se apercibió de la situación y superó al finlandés para evitar que su rival se escapase, mientras Kallio se puso nervioso y cometió un error.
La presión de la carrera y la posibilidad de proclamarse campeón del mundo le volvieron a jugar una mala pasada a Rabat en el undécimo giro, en el que perdió la concentración y el subsiguiente error le relegó a la quinta plaza de ese grupo, en el que ahora mandaba Viñales perseguido por Kallio, Luthi, Lowes y Rabat.
La pugna se tornó encarnizada a partir de superarse el ecuador de la carrera y si el primer líder fue Rabat y con posterioridad Viñales, el suizo Thomas Luthi (Suter), crecido por la victoria en Japón, también intentó repetir su éxito, pero el quinteto apenas acumulaba siete décimas de segundo entre ellos.
A once vueltas del final y en el mismo sitio -final de recta- Rabat volvía a pasar a Kallio para situarse tercero y Viñales era quien por entonces marcaba el ritmo de la prueba secundado por Luthi, que le adelantó en el siguiente giro, pero su liderazgo duró lo justo para que «Tito» volviese al frente.
No hubo momento para el descanso en todo la carrera y Mika Kallio se esforzó en todo momento por evitar la victoria de un Rabat al que se vio menos eficaz que en otras ocasiones y que tan pronto era líder como pasaba a la tercera o quinta plaza del grupo.
Nuevo error, ahora de Mika Kallio, en el decimoctavo giro, que le forzó a salir de pista para evitar la caída y regresar quinto. Viñales nuevo líder y Rabat segundo, pero ese resultado no le valía para ser campeón del mundo matemáticamente, necesitaba ganar.
La presión acabó siendo demasiada y «Tito» Rabat cumplió con sus palabras de días precedentes, cuando aseguraba que no se iba «a volver loco pensando en el campeonato» y optó por garantizarse el mejor resultado posible.
Así, Maverick Viñales se escapó en solitario en las cuatro últimas vueltas y Luthi le superó en la penúltima para relegarlo a la tercera posición por delante de Kallio, lo que le garantiza el título el próximo fin de semana en Malasia con acabar séptimo aunque su rival Kallio gane la carrera.
El español Axel Pons (Kalex) no tuvo demasiada suerte y aunque intentó probar durante los últimos entrenamientos libres, la fractura que se produjo en la jornada de pruebas del sábado en la mano izquierda le obligó a ver la carrera de Moto2 desde los monitores de su taller y muy probablemente condicionará su rendimiento en la cita del próximo fin de semana, en el circuito malayo de Sepang.
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