La etapa número 13 le dio suerte al asturiano Dani Navarro (Cofidis), quien sobrevivió en el Parque Natural de Cabárceno a la ley de la selva para imponerse en solitario, lo que le permitió estrenar su palmarés en una grande, en una jornada que mantuvo como jefe de la general a Alberto Contador.
Navarro, de 31 años, salió de estampida a las puertas del zoológico, donde los animales andaban mosqueados por los ruidos propios de una carrera ciclista. Un repecho del 15 por ciento le disparó en busca de la presa, como si fuera un guepardo detrás del antílope, de ese que siempre es más débil que los demás.
El eterno compañero de Contador, ahora jefe en el Cofidis francés, apretó los dientes, dejándose la vida, ajeno a la especie animal y mirando de reojo a la especie ciclista, donde le apuntaban unos cuantos cazadores.
Esta vez el esfuerzo mereció la pena y por fin alcanzó su trofeo más preciado. Boca abierta, dientes blancos. Y un ?¡toma?¡ que le premia «el esfuerzo de todo el año, de toda una vida».
En San Miguel de Aralar intentó la victoria, pero Contador le cortó las alas. Su exjefe le hizo la pascua y éste le pidió explicaciones. Junto a la morada de los osos pardos, que no entendían el ruido de la megafonía, el líder le felicitó al gijonés. Todo arreglado.
Los favoritos terminaron en tablas. Si acaso «Purito» Rodríguez trató de encontrar oro en la antigua mina de hierro de Cabárceno, pero Navarro llegó antes. Concretamente con 2 segundos de adelanto sobre Dani Moreno y el holandés Wilco Kelderman y 5 sobre los favoritos que se van a fajar en el tríptico de montaña cantábrica.
«Empieza otra Vuelta», dijo Contador en meta. Ya no se trata de repechos, sino de puertos serios. Llega la hora de la verdad, donde deben salir los reyes de la selva, y ahí, como en el Serengueti, se aplicará la ley del más poderoso.
A la fiesta de las alturas llega Contador con Valverde pisándole los talones a 20 segundos y el colombiano Rigoberto Urán a 1.08 minutos. Froome y «Purito» entran con un obstáculo de minuto y medio. El horizonte impone: La Camperona, Lagos de Covadonga y La Farrapona.
La jornada empezó en otro punto del Camino de Santiago, Belorado (Burgos), donde se puede visitar, entre otras cosas, la reproducción de una trinchera de la I Guerra Mundial. Junto a ese punto se inició la lucha para afrontar la media montaña que une Burgos y Cantabria
Se animaron 11 corredores para abrir camino. Echaron a correr por la sabana de asfalto, confiados ante la pasividad de los 183 guepardos que, de momento les mantenían a raya en lontananza. De eso se ocupó el Orica, que menudas palizas se da persiguiendo.
El grupo se mantuvo unido en el Puerto de Braguía (3a) y en El Caracol solo resistieron el acoso del pelotón Luis León Sánchez Lutsenko, Cunego, Wyss y Gaudin. En la cumbre menos de 2 minutos de renta.
La reacción finalmente se produjo, y eso que el Tinkoff trató de ralentizar la persecución. El kazajo Lutsenko fue el último rebelde, pero se lo tragó el pelotón a 7 de meta, desde donde se divisaban las montañas y rocas de Cabárceno, donde 15.000 turistas se unieron por unos minutos al espectáculo ciclista.
Muchas cámaras fotográficas dejaron de apuntar a los animales y se dirigieron a Navarro, que volaba como un águila hacia meta, directo a la gloria. Era su día. Se retiró en el Tour el día de su cumpleaños, luego anduvo deprimido el hombre y encima Contador le chafó en la cima navarra. Pero quien la sigue la consigue.
Por una vez, el león no fue el rey de la selva. «Lo que venga a partir de ahora será un regalo», resumió Navarro.
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