Más que si fuera un clásico, más de cien mil espectadores abarrotaron las gradas del Camp Nou en la celebración de la Champions conquistada en Wembley, una fiesta breve, en la que sólo se dirigieron a los espectadores ocho futbolistas y que finalizó con un espectáculo piromusical.
Ya fuera por las prisas por acudir al concierto de Shakira, la pareja sentimental de Gerard Piqué, que actúa a continuación en el Estadio Olímpico de Montjuic o porque el cansancio de los festejos hace mella en el equipo, los futbolistas no estuvieron tan elocuentes como en la celebración por la Liga de hace unos días.
Instalados en una tarima situada en el centro del Camp Nou, donde posaron con las Copas de la Liga y de la Champions, conquistadas junto con la Supercopa de España este año, el discurso más afilado fue el de Piqué, quien reclamó que los triunfos del Barca son en buena lid.
«Nosotros, ni nos drogamos ni nos tiramos (al suelo) ni compramos a los árbitros, sólo jugamos a fútbol. Os espero a todos ahora en el estadio olímpico en el concierto de la Shakira», ha dicho Piqué entre las risas de sus compañeros y los aplausos de los aficionados.
Víctor Valdés ha reivindicado la catalanidad del Barca al atar una bufanda con la 'senyera' en la copa de la Liga. «Falta un pequeño detalle para completar esta fiesta, que se enteren. Os debíamos una (Champions) desde el año pasado y aquí la tenéis, desde Wembley para todos vosotros», ha dicho.
Carles Puyol ha pedido a los aficionados que lo celebren porque «cuesta mucho» ganar estos títulos y Xavi Hernández, uno de los más destacados en la final de ayer, ha recordado que este equipo «es cojonudo».
«Siempre me he sentido orgullosos de ser culé y de ser catalán, ahora más que nunca», ha dicho Xavi. Eric Abidal ha agradecido el detalle de Carles Puyol, quien le cedió su brazalete de capitán y le permitió levantar la Copa de Europa en el palco de Wembley, por lo cual el día de ayer fue «el mejor» de su carrera futbolística.
Andrés Iniesta también ha agradecido el apoyo a los aficionados. «Sin vosotros esas copas son imposibles. Mi corazón me dice que lo más grande es ser culés. Estoy muy orgulloso de ello», ha dicho.
El entrenador Pep Guardiola sólo habló para introducir a Leo Messi. «En la celebración de la Liga, hablaron todos menos uno, que prometió hacerlo hoy», ha recordado Guardiola.
El argentino ha vuelto a demostrar que lo suyo no es la elocuencia y que si tiene que hablar, lo hace jugando. «Prometí que hoy iba a hablar y acá estoy. La verdad es que no tengo nada que decirles. Simplemente que disfrutemos de esto, agradecerlo por todo lo de este año y a ver si podemos disfrutar muchos títulos más», ha dicho.
Seguramente a los aficionados se les hizo corto, después de una buena espera. A las siete de la tarde ya no cabía ni una aguja en el Camp Nou. La demanda superó a la oferta y los aficionados llenaron las gradas como no habían hecho nunca antes durante la temporada.
Había tanta densidad de espectadores que se rompieron vallas en los accesos y los últimos aficionados en llegar al estadio tuvieron que ubicarse en el tercer graderío y buena parte de ellos ya no tenían localidad y tuvieron que ocupar los pasillos o, incluso, ver la fiesta de pie.
La fiesta finalizó con el canto 'a capella' del himno del Barca. Acabada la temporada, el barcelonismo ya piensa en el próximo ejercicio con unos cuantos retos ya en el mes de agosto como la Supercopa de España (ante el Real Madrid) o la Supercopa de Europa (frente al Oporto), pero seguramente los futbolistas sólo tienen en la cabeza las vacaciones.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.