Marc Torres avanza con la pelota en un lance de su último partido con el HC Eivissa. | Alejandro Mellon

Marc Torres (Ibiza, 06-01-1993) disputó el sábado su último partido como jugador del HC Eivissa. El ibicenco decidió colgar las zapatillas tras muchísimos años en las filas naranjas. No en vano, llegó a ellas en edad infantil tras su paso previo por el Puig d’en Valls. El deportista ibicenco deja el deporte de su vida tras colaborar en la consecución de la permanencia en División de Honor Plata.

¿Cuál ha sido el motivo que le ha llevado a tomar esta decisión?

—Los motivos han sido que noto que tengo ganas de vivir otras experiencias. Me gusta viajar y creo que el balonmano no me permitía hacer muchas cosas a las que empecé a darle importancia en mi vida.

Desde infantil hasta ahora en el HC Eivissa. Se dice pronto. ¿Cuál es el mejor recuerdo que guarda de toda esta etapa?

—Sí, empecé en el Puig d’en Valls y en infantiles llegué al HC Eivissa. Es un club con el que tengo un sentimiento de pertenencia grande, como si fuera mío, porque me he criado y educado en él. No sé si tengo una experiencia en concreto que destacar, pero me quedo con los dos primeros años de Plata, donde estuvimos luchando por la fase de ascenso a Asobal. Creo que, tal vez, han sido las temporadas en las que más he disfrutado.

Si pudiera borrar o cambiar algo, ¿qué sería?

—Creo que en muchos años en los que estuve en Primera Nacional, sobre todo el que estuve sin jugar, me habría gustado gestionar mejor algunas situaciones con compañeros o incluso entrenadores. Creo que no fui capaz de hacerlo.

En cuanto a la temporada actual, son la salvación sobre la bocina, ¿cree que ha sido la más dura que ha vivido?

—No sé si ha sido la más dura porque también fueron duros los primeros años en Nacional, a la cola del descenso y en los que también entrenábamos muchísimo. Este año, sin duda, he tenido la sensación de que me atropellaron diez temporadas por encima. Ha sido dura, pero no determinante como para tomar la decisión de seguir. Cuando empecé este año, ya tenía muy claro que posiblemente iba a ser mi última campaña. No nos vamos a engañar. Si los resultados hubieran sido buenos, igual podría haber cambiado de opinión, pero ha sido muy dura he decidido parar en el balonmano de alto rendimiento.

¿Vieron la sombra del descenso tras toda la polémica de la alineación indebida?

—Fue un golpe duro porque, realmente, pasamos de la intención de evitar el playout, con el alivio de no descender de manera directa, a, por una liada tan absurda, estar de nuevo en el ajo. Se nos metió en una situación complicadísima. Esa última semana había muchas opciones de descender.

Evitaron el descenso directo y se midieron al Cajasur Córdoba en el playout. ¿Esa eliminatoria fue más plácida de lo que esperaban?

—Hablo por mi. Pienso que salió todo como yo esperaba. Era un equipo intenso pero que no iba a poder aguantarnos físicamente. Hicimos muy buen partido, con mucha madurez y conseguimos llevárnoslo. Para mí, habría sido una sorpresa descender. Tenía claro que íbamos a ganar.

Bajar de categoría habría sido un golpe terrible.

—Yo creo que tener un equipo en la isla en Primera Nacional ya es un logro. Creo que no se consigue con jugadores únicamente de Baleares. Estar en Plata es un regalo. Me imagino que para la junta directiva habría sido un duro golpe después de tanto trabajo para encontrar patrocinadores y dar la cara. Este año han trabajado más que nunca. Habría sido un palo.

El club acaba de comunicar 12 bajas. ¿Cómo puede influir esto en el futuro?

—Hay varios pesos pesados que se van a quedar o que entiendo que se van a quedar como, por ejemplo, Dani Bernárdez. Este año ya también tuvimos muchísimas incorporaciones. Van a tener que intentar juntar un equipo y ser eso: un equipo lo antes posible. La temporada que viene será muy complicada. Siempre cuesta tener un bloque y eso es lo que busca el club.

¿Cómo se imagina la vida ahora sin el balonmano?

—De momento, no lo tengo claro. Quiero viajar y disfrutar de mi casa. No tengo mucha intención de ir a muchos pabellones, pero, al final, es verdad que tengo muchísimos amigos y directivos con los que llevo toda la vida. Obviamente, voy a ver partidos y me alegro de dejar el equipo en Plata porque es una categoría muy atractiva de ver. No tengo muy claro qué va a pasar. De momento, me lo tomo con calma y a desconectar.