El partido arrancó con muchas imprecisiones en ambos lados. Los errores en el lanzamiento se sucedieron en los primeros intentos y el primer tanto, obra de Bodí, no llegó hasta casi el minuto cuatro. La tónica siguió siendo la misma. Muchos más errores que aciertos, un partido extraño que superó los primeros 10 minutos con el 4-3 en el marcador.
Ninguno de los dos equipos conseguía marcharse en el marcador, pero eso no preocupaba al cuadro ibicenco que contaba con una renta de siete goles del partido de ida. Esto fue así hasta que, pasado el minuto 20, el conjunto de Eugenio Tilves empezó a apretar en defensa y se pasó del 9-9 al 12-9.
Los andaluces supieron frenar este arreón antes del descanso y los jugadores se marcharon al vestuario con un 16-14 ponía las cosas todavía más de cara para los intereses pitiusos. La permamencia era un hecho.
El Cajasur Córdoba salió mejor en la segunda parte y aprovechó los errores en ataque ibicencos para ponerse por delante (17-18). Quedaban 23 minutos y tras un nuevo error en ataque y un gol visitante, con el 17-19, Tilves pidió tiempo muerto.
Tras la llamada al orden, los locales mejoraron en el ataque, pero seguían teniendo problemas en defensa. Eso sí, la diferencia se estabilizó mientras los minutos iban cayendo. El partido navegaba en una ventaja de uno o dos goles favaroble a los visitantes. Así se entró en los últimos 10 minutos.
Los naranjas lograron igualar el choque (27-27) para entrar en los últimos cinco minutos de partido. Bodí fue el protagonista para volver a poner en ventaja a los ibicencos (30-29). Fue entonces también cuando entró Ángel Rodríguez tras varios meses de ausencia. En su primera acción hizo gol, el más aplaudido de la tarde. Acto seguido vio los dos minutos. Una inferioridad numérica que aprovechó el Cajasur para empatar en el último suspiro (31-31).
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