Tras unos compases iniciales en los que las defensas se impusieron a los ataques, el conjunto celeste consiguió descorchar las botella y los goles se empezaron a suceder. A los 10 minutos la renta era de cuatro tantos para los ibicencos (6-10). La diferencia iba en aumento gracias al acierto en el gol, con un Bodí especialmente efectivo –se fue a los 13 goles– y una muy buena defensa. Al descanso el partido estaba prácticamente sentenciado, pues se hacía complicado pensar que los de Ciudad Real pudiesen darle la vuelta a una desventaja de once goles (12-23).
Tras el paso por vestuarios, el Caserío intentó salir con fuerza, pero los de Eugenio Tilves consiguieron mantener el partido en una situación segura. Los minutos iban cayendo y aunque los locales se habían acercado un poco, la diferencia nunca llegó a preocupar.
En el tramo final, el encuentro entró en una especie de correcalles en el que los goles no paraban de llegar en ambas porterías. Era un toma y daca ante un público que iba abandonando los asientos sabedor de que ya estaba todo el pescado vendido. La bocina sonó con 33-41 para certificar la primera victoria del curso.
La próxima semana, los ibicencos reciben en casa al Antequera, que a falta de lo que haga hoy, todavía no ha sumado ningún punto en este arranque de liga.
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