Bruno García ya se ha hecho mayor. El piragüista del Club Nàutic Sant Antoni se ha doctorado en su deporte con la consecución de dos medallas de plata en el Campeonato del Mundo júnior, una en K2 y otra en K4.
El ibicenco ha protagonizado un Mundial prácticamente para enmarcar, el cual ha supuesto su consagración a nivel deportivo, un paso inmenso en una carrera que todavía tiene mucho recorrido.
El palista del CNSA empezó a despuntar en 201, cuando se proclamó campeón de la Copa de España de fondo infantil B K2 de 3.000 metros (Villalcampo, Zamora) y se hizo con la primera plaza en el Campeonato de España de pista infantil B en K2 1.000 metros (Trasona, Asturias).
El año siguiente dio continuidad a sus logros. Se proclamó campeón de la Copa de España de fondo infantil A K2 de 3.000 metros (Villalcampo, Zamora) y también ganó el Campeonato de España de pista infantil A K2 de 1.000 metros (Trasona, Asturias) y el Descenso del Minisella K2 (Ribadesella, Asturias).
Eso sí, la explosión del palista pitiuso se produjo a mitad de la temporada 2018, cuando sufrió una transformación física y sus resultados mejoraron claramente. Pasó de ser finalista a nivel nacional a imponerse en tres Campeonatos de España consecutivos en K1. Impresionante.
Este año, como juvenil, su palmarés no ha dejado de engordar. Ganó tres títulos en K2 (Copa de España, Campeonato de España de pista de 500 metros y Campeonato de España de 1.000 metros). Además, fue segundo en tres citas nacionales de K1. Los dos subcampeonatos mundiales de estos dos últimos días son la guinda a una temporada espectacular.
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