—¿Cómo está siendo la adaptación a las condiciones climatológicas de Tokio?
—La adaptación a las condiciones de Tokio está siendo bastante buena. Viniendo de las Islas Baleares, que ya tenemos calor y humedad, y encima tras pasar el mes de junio en Jávea, donde también hace mucho calor con alguna sesión de sauna incluida, pues hemos llegado aquí muy bien preparados. Nunca es igual a lo que hay aquí, donde la humedad, con un cien por cien, es tremenda, pero las condiciones, desde luego, favorecen. Si me comparo con un polaco o un inglés, que vienen de sitios más fríos y menos húmedos, pues las condiciones me favorecen un poco.
—En Río'16 usted finalizó en la decimocuarta posición. ¿Su reto es superarlo?
—No miro atrás, sino al presente y al futuro. Sí que vengo con el objetivo de entrar en la Medal Race, es decir, entre los diez primeros, y automáticamente superaría ese puesto.
—¿Sueña con una medalla?
—Siempre. Todos los deportistas que están aquí viven por eso. Es lo que te mueve cada día a entrenar. Aquí todos vamos a pelear por hacerlo lo mejor posible. Siendo sincero, estos días en el agua estoy acabando entre los tres primeros en todas las regatas, pero ya sabemos que, luego, la semana del campeonato hay unas condiciones diferentes. Hay posibilidades de que entre bastante viento. Si se repitiera el viento de estos días, sí que sería viable luchar por una medalla.
—Un diploma tampoco estaría mal en caso de que ese sueño no fuera posible, ¿no?
—Aspirar a un diploma sí que es como más realista, con los pies en el suelo. Mirando hacia atrás toda la temporada, me ha faltado ese puntillo para estar en un podio. Aquí siempre pueden haber sorpresas, pero la verdad es que hay algunos favoritos y digamos que yo no estoy entre ellos.
—¿Cómo se encuentra para esta cita?
—He llegado bastante bien, justo en el pico de rendimiento. Los últimos meses me lo he currado al máximo para llegar lo mejor posible. Se notó en el último campeonato, celebrado en junio en Holanda, donde quedé cuarto. Hasta el último día estuve con posibilidades de conseguir el bronce. Estoy con ganas de seguir en esa línea.
—¿Llegó en mejor estado a los Juegos de Río o llega mejor a los actuales?
—Yo creo que a Río llegué siendo muy especialista. Estaba muy ligero de peso. Aeróbicamente estaba muy bien para unas condiciones de muy poco viento, pero no se dieron. Ahí aprendí que hay que ser un poco más average, estar más sobre la media, y es lo que estos cuatro o cinco años me ha guiado a ganar un poco de peso y ser más competitivo en un abanico un poco más grande de viento. Por tanto, diría que llego mejor preparado a estos Juegos por el hecho de ser más competitivo en un rango de viento más amplio.
—Usted es el primer deportista pitiuso que compite en dos Juegos. ¿Orgulloso?
—No es que esté orgulloso por ello, más bien lo estoy por haber sido el primer formenterense en haber ido a unos Juegos. El salto más grande o más complicado cuando estás en la elite es el de clasificarte para tus primeros Juegos Olímpicos. Luego, con la experiencia de cómo va el proceso y estar unos cuantos años ahí arriba, es más fácil repetir. A nivel pitiuso y balear hay un nivelazo de deportistas.
—¿La federación de Suiza tiene muchas esperanzas depositadas en usted?
—La federación sí que apostó por mí desde el principio a raíz del resultado del Mundial y las diferentes World Cup en Japón. Me vieron como un candidato real a estar en el top ocho. Saben que, si se dan unas condiciones específicas de viento ligero, voy a estar ahí sí o sí. Por mi preparación y somatotipo, siendo bajito y ligero, cuando hay poco viendo doy caña. Cuando sopla mucho, sufro. A ver cuántas pruebas tienen mucho viento y cuántas tienen poco.
—¿A quiénes considera favoritos?
—Los favoritos de la flota a subir a los cajones de podio, casi por unanimidad, son los de Holanda, Polonia, Italia y Francia. Para el top ocho se sumarían Inglaterra y China.
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